domingo, 13 de febrero de 2022

CASA BOTÍN: Asados en su punto, y punto.

CASA BOTÍN, o SOBRINOS DE BOTÍN, como figura en el cartel que hay encima de la puerta, a 12 de febrero de 2.022, situado en la calle de Cuchilleros 17, local de renombre y calle que nos hace recordar nuestros tiempos de juventud, de vinos y juergas. Tenemos la emblemática y bonita plaza Mayor y el coqueto y gastronómico mercado de San Miguel a tiro de piedra. 



Casa Botín, fundada en 1.725, es el restaurante más antiguo del mundo, según el libro Guinness de los Records; no podemos dejar de probar sus delicias en nuestro juego mensual. Tiene fama de ser uno de los locales que mejor conserva esa cocina tradicional madrileña, por eso nos tenemos que atrever con ese cochinillo y ese cordero asado estilo castellano. Cochinillos y corderos que vienen de la mejor zona de Segovia, de Riaza y Sepúlveda, asados y dorados en el horno calentado con leña de encina. Aunque tampoco nos vamos a olvidar de esos pescados, merluzas o lenguados, seguro que ricos-ricos, traídos de las lonjas. 

Un poco de historia, en 1.725 reinaba en España el primer Borbón, Felipe V y ya habían venido al mundo dos de los futuros reyes, Fernando VI, nacido en 1.713, hijo de María Luisa Gabriela de Saboya, su primera esposa, y Carlos III, nacido en 1.716, conocido como el mejor alcalde de Madrid, hijo de Isabel de Farnesio, su segunda esposa. 



El nombre de Botín, viene de Jean Botin, un cocinero francés que se aposentó en Madrid, y junto con esposa, de origen asturiano. Fue un sobrino de ella, llamado Cándido Remis, quien abrió un negocio en este Madrid de los austrias, hizo una reforma en la planta baja de este edificio de cuatro plantas, cerrando los soportales que había. Aquí se inicia el negocio Botin. En el siglo XIX se volvió a reformar esta planta baja, convirtiéndose en una casa de comidas, que no restaurante. Es en el siglo XX cuando el negocio llega a los actuales propietarios, la familia González. Tras la guerra civil, los hijos del matrimonio González, Antonio y José, se pusieron al frente del negocio, y lo han conservado, llegando hasta el día de hoy.
 
El nombre del emblemático Casa Botín, figura en diversos libros como en “Fortunata y Jacinta” del canario Galdós, en las “Greguerías” de Ramón Gómez de la Serna o en “El tiempo entre costuras” de María Dueñas.

Interior de la primera planta de Casa Botín


Casa Botín tiene en la planta baja, un mostrador, algunas mesas y la cocina; tiene mesas para comer también en la calle, pero a nosotros nos sitúan en la primera planta. A primera vista, muchas mesas y sillas, demasiado juntas unas de otras para el bicho que tenemos encima. Servicio muy atento, algunos camareros llevan pajarita negra sobre su uniforme blanco, otros no, y algunos llevan mascarilla con el logotipo del restaurante, otros solo la quirúrgica. En este restaurante, todos los camareros tienen una cierta edad, y me sorprende que no me haya llamado la atención, como sí pasó en La Ancha, el que las camareras no fuesen muy jóvenes. Es posible que estemos llenos de prejuicios. Mesas y sillas de madera que no parecen muy nuevas, cuadros, diplomas y cerámica en las paredes, paredes cubiertas de azulejos que ya tienen una edad hasta media altura. 

Botella de vino, pan y detalle de la azulejería


Nos traen la carta, y creo que es el primer sitio en el que no nos preguntan que si queremos beber algo de aperitivo. Pedimos vino y agua y tras ojear un poco la carta, decidimos que esta vez no vamos a pedir croquetas, porque es el plato que saboreamos casi siempre; optamos por pedir como entrante y para compartir unas manitas de cochinillo rebozadas. Sobre el plato, siete manitas de cochinillo pequeñas, jugosas, tiernas, rebozadas, aunque bastante sosas. Estas manitas son todo hueso, pero hueso y carne gelatinosa, que provoca el que tengamos que chuparnos los dedos constantemente. 

Manitas de cochinillo rebozadas


De primero, una sopa castellana, con mucho ajo laminado, hilos de jamón serrano y con mucho pan. No puede faltar un huevo escalfado por encima que rompemos para que esa yema amarillita se mezcle con esa sopa de pan, que también ha resultado sosa y con poco sabor. Es posible que esa sopa castellana estuviese hecha con agua y no con algún caldo de ave, que le da más sabor. 

Sopa castellana con huevo


De segundo, a lo que hemos venido a casa Botín, cochinillo y cordero asado. Nos lo traen a la mesa ya emplatado, con su salsita y viene acompañado de dos patatas pequeñas, cocidas y con su piel. La carne tierna y jugosa, la piel del cochinillo tostada y en su punto, aunque no me parece que pueda ser partido con un plato, como hace el señor Cándido de Segovia. 

Cochinillo asado de Casa botín
Cordero asado de Casa Botín


Por suerte, aunque ha sido una comida contundente, nos queda hueco para el postre, así que pedimos una tarta de queso, receta de la abuela, una tarta estupenda, bastante gordita, muy jugosa y acompañada de una mermelada de arándanos al lado de la tarta, no por encima como en otras ocasiones. Otro dulce es el que puede ser el postre estrella de la casa, llamado Tarta Botín, un bizcocho con crema. Sobre el plato un bizcocho en tres capas muy empapado y entre medias dos capas de crema pastelera muy suave. Por encima, una capa de lo que parece un merengue tostado muy suave que se deshace en la boca en cada bocado. 

Tarta Botín






Tarta de queso 















Una última consideración, desde mi punto de vista de visitadora de restaurantes y catadora amateur, Casa Botín está sobrevalorada. Es cierto que los asados estaban en su punto correcto, pero los hemos probado mejores; creo que la visita a Botín no será la que mejor recuerdo nos deje en la memoria.

Como siempre y para mis amigas curiosas, la señalización de los aseos, esa dama y ese caballero de época, quedan muy acorde con un local abierto hace siglos, aunque eso sí, sobra esa placa en la que se lee damas o la silueta del señor.


14 comentarios:

  1. Pues nada de todo hay que probar, el paseito por los madriles es lo mejor

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    1. El paseíto por el Madrid de los austrias y la tarta de queso, lo mejor.

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  2. Todo muy bien detallado, hasta con su historia, efectivamente no siempre lo más famoso es lo mejor, así que otra vez será mejor hay que probarlo todo

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    1. Tenía pendiente comer en Casa Botín desde hace tiempo, ya lo ha probado y creo que no volveré.

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  3. Como siempre gran descripción aunque también se nota tu decepción de ese restaurante, pero bueno otro sitio será mejor, me a gustado sobre todo los asados, hasta la próxima

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    1. Es verdad que me ha decepcionado, mucho nombre y poco cuidado con la clientela.

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  4. Muy bien documentado, detalles a tener en cuenta,deseando nos comentes otro👌

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    1. Sí, me ha gustado mucho tener la posibilidad de hacer un comentario histórico del lugar. Espero seguir teniendo más oportunidades.

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  5. Sorprendida de la descripción, me ha gustado ese comentario sobre la historia del local. Se nota que la comida no ha sido nada extraordinaria como otras veces que nos describes al mínimo detalle y nos haces babear con la descripción de las mismas. Pero vuestro objetivo era probar el asado lo habéis hecho y ya está, como bien dices era una asignatura que teníais pendiente pues superada. Espero que el próximo lugar que elijáis para comer os guste más.

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    1. A poco que nos esforcemos, la próxima experiencia será más satisfactoria, seguro.

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  6. Me ha encantado la historia de CASA BOTÍN, muy interesante, muchas gracias por incluirla. Pero me ha decepcionado el que el restaurante no haya cumplido tus expectativas, pues eran también las mías, no es admisible que unos platos tan clásicos como la SOPA CASTELLANA, queden "flojos" de sabor. No he ido nunca , pero me lo pensaré antes de ir. Lo que, desde luego , no esperaré mucho. (Tal vez sea mejor asi , me decepcoonaré menos)

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    1. Puede que el sábado en el que fui yo, tuviesen un mal día. No dejes de probar y decidir si merece la pena repetir. Yo, personalmente, no repetiré.

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  7. Cómo siempre muy bien descrito pero por lo que has dicho creo que no iré pues con la fama no se come y un buen cochinillo te lo puedes comer en otro lado igual de bueno y sin tanta fama

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    1. Yo tampoco volveré, a no ser que alguien me diga que le ha encantado el sitio y los asados.

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