domingo, 23 de enero de 2022

LA ANCHA: Cuchareo en puchero

 LA ANCHA, a 22 de enero de 2022, en la calle Zorrilla n.º 7 de Madrid, justo por detrás del edificio del Congreso de los Diputados, una calle señorial aunque algo oscura en un día de invierno.

Nos encontramos con un restaurante que, según su página web, dedica con mucho mimo toda su atención a los productos de temporada, tanto verduras, como carnes o pescados, elaborando platos tradicionales, esas recetas de toda la vida fáciles de reconocer. El menú cambia diariamente, porque está sujeto a lo que ese día mejor se ofrezca en los puestos del mercado.

Logotipo en la entrada de La Ancha


Se trata de un local familiar inaugurado hace más de 100 años, en 1919 y pertenece al mismo grupo que el restaurante llamado Las Tortillas de Gabino, que ya visitamos en 2018. La Ancha de la calle Zorrilla es también conocida como La de las Tres Columnas; será por esas tres columnas de hierro forjado que delimita espacios en la sala de entrada y que a nosotros nos ha tocado, hombro con hombro, perfecto para apoyar el bolso.

Interior de La Ancha


Casi todo el local tenía como decoración botellas de licor sobre estantes, esas botellas de distintas formas y colores, botellas blancas o verdes, con esos distintos colores que ofrecen los licores, sobre todo blanco y ámbar, que provoca un ambiente relajante. Y justo delante de mí, botella de licor Aperol junto a la de Campari, licores con los que se elabora el splizt aperol típico de la toscana italiana, de tan gratos recuerdos para mi. Y paredes blancas

Para nosotros, un espacio amplio, las mesas con mantel blanco de tela y servilletas del mismo color, algunas sillas con reposabrazos y otras no, y el plato con el logotipo del restaurante. Todo muy elegante.

Plato con el logotipo de La Ancha


Junto con la carta nos traen un vermut rojo y cerveza, que viene acompañado por unas patatas fritas, de las de bolsa de toda la vida, la verdad que muy buenas, como recién fritas y nada aceitosas. También nos ponen sobre la mesa un poco de mantequilla con su cuchillo de untar, para degustar con un poquito de pan. Una mantequilla sobria y apetecible cuando vas con un poco de hambre, como nos ocurre a nosotros.

Aquí podemos encontrar jamón ibérico, coquinas de Huelva, anchoas del Cantábrico, pulpo gallego, tortilla española, alubias de Tolosa, y una gran selección de carnes y pescados.

Y como es invierno, y hoy hace frío, aunque haya un sol espléndido, es tiempo que invita a degustar comidas de cuchareo; en la carta, además de entrantes, carnes, pescados, y verduras, podemos degustar lentejas, pote asturiano, alubias y sopas. Placer invernal.

Me gustaría comentar algo que me ha llamado la atención desde que hemos entrado, y me sorprende eso mismo, que me haya llamado la atención, muy gratamente, por cierto, y es que algunas de las camareras tenían cierta edad, digamos que rondando los cincuenta, que no eran chicas y chicos jóvenes altos, guapos y estupendos, que pueblan todos los restaurantes que visitamos todos los meses.

La decisión está tomada: comenzaremos con dos entrantes para seguir con la legumbre y terminar con un postre casero y café.

Para empezar a abrir boca, media ración de cazón en adobo, sorprendentemente blandito (no como lo hemos comido en otros locales, que resultaba un tanto seco), con un buen toque de vinagre del adobo, bien frito y condimentado. El cazón viene acompañado de unas patatas al ali-oli tiernas, en su punto justo de sal, ajo y perejil. Una combinación original que nos da pie a seguir descubriendo nuevos platos y sabores

Cazón en adobo con patatas alioli


Otro entrante, esta vez un poco más contundente, una tortilla española guisada con callos. En una cazuela de barro, una tortilla de patata muy poco cuajada con callos a la madrileña por encima, esos callos con sus trocitos de jamón y su pedazo de chorizo. La camarera nos sirve en un plato la mitad de la ración y la otra mitad se queda en la cazuela para poder mojar toda la salsa de esos callos maravillosos de sabor, que junto con el bocado de la tortilla es puro deleite. Si hay que poner algún pero a este delicioso plato sería que algunos trozos de callos estaban un pelín duros, aunque no se desvirtuaba su excelente presentación.

Tortilla guisada con callos


Este mismo plato ya lo comimos cuando estuvimos en Las Tortillas de Gabino en 2018, y nos sorprendió y gustó antes, y nos sorprende y gusta también en 2022, aunque me sorprende que este plato no estuviese más caliente, nos lo han servido en su punto y hay que comerlo rápido para que no se quede frío.

Toca el cuchareo; en unos pucheros de metal que pesan lo suyo, nos sirven una lentejas estofadas melosas con su patata cortada en pequeños trocitos y algún pedazo de jamón o bacon, que apenas se deja notar. Un plato discreto en comparación con el pote asturiano, ese plato de alubias con patatas, grelos, sus trocitos de jamón y su trocito de morcilla asturiana que le daba un sabor intenso al plato. Dos humildes platos y gran diferencia de sabor que le daba la morcilla a uno y la sencillez del otro.

Lentejas estofadas


Pote asturiano


Como en los pucheros había sobrado condumio para repetir, hemos pedido platos limpios y el que ha comido lentejas, pues ha probado el pote asturiano, y el que ha comido pote asturiano, se ha atrevido con las lentejas.

Los pucheros con las lentejas y el pote


Después de tan suculentos y humildes platos de legumbre, no queda mucho hueco para el postre, pero allá vamos, con un ligero flan adornado con nata y una tarta guinnes de cerveza negra, con una capa de crema de queso por encima y que ha resultado un poco densa, no era suave y tierno bizcocho, que después de los platos de puchero ha resultado un tanto pesada, aunque muy buena de sabor.

Tarta de cerveza guinnes



Flan con nata


Además de todo lo que hemos podido comer, las camareras nos han regalado un helado de yogur con crema de higo y unas rosquillitas fritas, que ya no hemos sido capaces de comer y que nos hemos traído a casa.

Como conclusión, un local cómodo con platos sabrosos, buena atención y no muy caro para lo que esperábamos, tanto por la fama como por la ubicación del restaurante. Destacar como lo mejor de la jornada, esas camareras que siguen teniendo la oportunidad de trabajar en un gremio que exige juventud y belleza, sirviendo esos platos calientes de toda la vida.

Para las curiosas de las señalizaciones de los aseos, comentar que cuando pregunté que dónde estaban los baños, me dicen "la primera puerta a la derecha", y como no vi ninguna indicación de que fuesen los aseos, hice foto de lo que vi. Sólo cuando ya salía y me iba, me di cuenta de que sí había emblema, pero muy pequeño y ya no pude hacer foto. La foto que hice es del aseo de señoras desde dentro, y enfrente, la puerta del aseo de señores, en donde no se aprecia señalización ninguna.

 

Foto del aseo de señoras por dentro

8 comentarios:

  1. Qué bien el cuchareo a mí me encanta y lo de la tortilla con callos lo tengo que probar!!!

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    1. Ami la tortilla guisada me gusta mucho, pero con callos no la he probado, el vermú rojo con las patatas fritas muy bien para ir haciendo hambre, luego las lentejas también me gustan mucho pero me quedo con el pote y el postre yo lo prefiero con nata, pero tiene todo muy buena pinta, me alegro que lo allais disfrutado

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    2. La tortilla guisada con callos es todo un invento muy original que hay que probar.

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  2. En el menú de hoy me gusta todo, no le hago ningún asco a nada y todo muy buena pinta. Me alegro que os haya gustado

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    1. Lo hemos disfrutado mucho, platos de cuchara en un día frío. Ideal.

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  3. El restaurante tiene una pinta muy buena, de antaño. Hoy como siempre la descripción de la comida estupenda pero yo no me habría decantado por legumbres ...no sé para un día q sales😜lo de tortilla guisada con callos nunca lo había oído... lo s callos me gustan pero la tortilla poco cuajada no puedo ..hoy más q la comida destaco la presentación q es todo un lujo en esos pucheros y q el servicio de camareros tuvieran una edad media ... pero bueno q me alegro que vosotros disfrutarais también de la comida.

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    1. Te doy la razón, los pucheros llamaban la atención y el detalle de la edad de las camareras también toca la fibra sensible.

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