sábado, 9 de abril de 2022

AL-MOUNIA: Lo dulce y salado se entienden muy bien

AL-MOUNIA, a 9 de abril de 2022, en la calle Recoletos n.º 5 de Madrid, entre la plaza de Cibeles y la de Colón; se trata de una de esas calles que tiene Madrid con una gran oferta gastronómica por metro cuadrado. 

Esta semana que empieza el ramadán y que el presidente del gobierno español le ha hecho una visita al rey de Marruecos, parece un buen momento para visitar un restaurante en el que sirvan platos de la gastronomía marroquí. 

Al-Mounia, a la entrada del restaurante

Al-Mounia es un referente en Madrid, tanto por su cocina como por su oferta cultural y artística. Es un local en el que puedes sentir a Marruecos en toda su amplitud. La cocina marroquí es muy rica y variada, ya que en ella se mezclan las diversas culturas con las que la zona del norte de África se ha relacionado a lo largo de los siglos, la bereber, la árabe y la mediterránea, sobre todo. 

 El local fue inaugurado en 1966 y está decorado por manos artesanales de Marruecos, para dar brillo a la estancia, una decoración que parece que te remite a la Alhambra, con esos dibujos geométricos y arabescos en paredes y techos. 

Interior de Al-Mounia


Al Mounia es un local para disfrutar de la buena comida al mismo tiempo que se admira esa decoración en paredes, techos, mesas e incluso tapizados. Aunque eso sí, la mesa, muy al estilo marroquí, demasiado baja para mi gusto, de tal forma que se puede clavar la madera en las piernas, y con ese reborde que la hace un tanto incómoda. El local lleno, lo que es buena señal. El servicio atento y detallista; incluso tienen guardarropa. Como curiosidad, algunos camareros van vestidos con una chaquetilla roja y un sombrerito de fieltro del mismo color o también llamado fez, con su borla negra. 

La mesa en al-Mounia


En Al-Mounia podemos degustar los platos más típicos de la cocina marroquí, como el cous-cous o sémola cocida al vapor que acompaña a distintas carnes o pescados, la pastela ese pastel dulce y salado de masa de hojaldre y aroma de canela, mechoui o cordero entero asado a la brasa. 

En los últimos meses es difícil obtener una carta con los distintos platos que se ofrecen en papel, ahora tienes que descargar la carta por internet, a través de la aplicación Lens, y en verdad que a mí me resulta difícil decidir un menú con ese sistema; prefiero leer en papel los platos que se ofertan, porque me resulta más cómodo, aunque me creo que ese tiempo ya pasó. Así que, después de mucho mirar y dudar, nos decidimos por pedir un menú degustación a compartir y otro plato de brochetas con arroz. 

El bonito plato en el que hemos comido


Mientras nos decidimos con lo que nos apetece comer en el día de hoy, nos sirven un pequeño aperitivo con unas albóndigas de carne de ternera con salsa de tomate y uno rollitos de hojaldre rellenos de pollo. Buen empiece.

Aperitivo de albóndigas y rollitos de pollo


El menú degustación tiene todo lo más básico de la cocina marroquí y empezamos por una selección de cuatro entrantes servidos en unos cuencos pequeños: un delicioso humus suave y cremoso aderezado de piñones y aceite de oliva; tabulé o ensalada de tomate, cebolla, perejil y trigo acompañado de limón y aceite de oliva, todo cortado en pequeñísimos dados; zelouk o ensalada de berenjena asada y chekchouka o pisto con su tomate y pimiento. Con estos platos no puede faltar en la mesa el pan de pita para poder empujar o para envolver tan mágicos entrantes. 

Humos, zelouk, chekchouka y tabulé


El siguiente plato que nos sirven del menú degustación es la sabrosísima pastela, ese pastel  de hojaldre relleno de carne de pollo y frutos secos, y por encima, espolvoreada de azúcar glas y canela, típico de la cocina marroquí, pero que, en este caso, en vez de tener forma de tarta, nos lo sirven como un rollito. Es del todo impresionante y sublime esa mezcla de sabores, el azúcar dulce junto con la aromática canela y el salado del interior. Además, en el mismo palto, uno rollo alargado de pollo y otro pastelito de hojaldre de forma triangular relleno de verduras. Y acompañado de una suave salsa de tomate para poder mojar tan ricos pastelillos. 

Pastela, rollito de pollo y triángulo de verduras


En el menú degustación de la cocina marroquí no puede faltar el cous-cous, esa sémóla de trigo cocida al vapor, que viene acompañada de tiernísimos garbanzos, una brocheta de carne de ternera, y acompañado de zanahoria, cebolla caramelizada, lo que parecen hojas de repollo, y todo ello aderezado con dulces pasas, que nos envuelve, una vez más, en ese sabor dulce y salado al mismo tiempo tan espectacular. 

Cous-cous con brocheta de ternera


Para terminar con el menú degustación, un tajín de cordero y almendras, o lo que es lo mismo, una tierna paletilla de cordero, con la salsa de hornear el propio animal a la que se le ha añadido sésamo, y aderezado con almendras y ciruela negra. Otra vez esa mezcla de dulce y salado que emociona. 

Tajín de cordero y almendras


El menú degustación era para una persona, así que, para completar el menú hemos pedido unas brochetas de cordero, servidas en la mesa en su pincho pero que el camarero gentilmente nos ha desprendido la carne del hierro y puesto sobre el plato para poder saborearlas mejor, acompañadas de un sabroso y aromático arroz basmati al azafrán con cebolla caramelizada y pasas. De nuevo cruce de sabores dulce y salado. 



Hay que hacer notar que para mi sorpresa, todos los platos que nos han servido son suaves y delicados, sin ese toque de comida especiada, o picante y llena de hierbas aromáticas, que pensaba tenía la comida marroquí. En definitiva, comida con todo su sabor y sin artificios. 

Aunque la comida ha sido abundante, nos queda sitio para el postre y con el menú degustación nos sirven un pastel de almendras con chocolate blanco y un delicado te moruno, que es una buena forma de terminar una comida. A parte, el camarero nos sorprende cuando nos trae una bandeja llena de dulces; de chocolate, de frutos secos, baklava pestiños,… unos ocho pasteles de distintas clases, pero… sólo se puede escoger uno. Nos decidimos por el de chocolate negro, que es un pastelillo de lo que parece almendra y miel cubierto de chocolate, y por encima, un pedazo de nuez. Difícil elección, pero el resultado ha sido delicioso. 

Pasteles de chocolate blanco y negro

De toda la experiencia del día de hoy, me quedo con el cous-cous, la pastela y esa decoración del local tan suntuosa. Lo peor, la incómoda mesa, pero se perdona por la grata experiencia del día.


Tetera y te moruno


Para terminar el relato y para las curiosas de la señalización de los aseos, nada que objetar, muy adecuado al local en el que hemos disfrutado de tan grata experiencia.





8 comentarios:

  1. Que gran descripción, me he trasladado a Marruecos, me a parecido un restaurante precioso, creo que ésta vez me comería todo salvo el cordero porque no me gusta nada de nada, una gran mezcla de dulce y salado, y esta vez no me quedo con el postre, me quedo con el te, mi bebida favorita, lo de la mesa creo que han pensado en mi tamaño jajajaj y además una gran zona de Madrid, me encanta, esperando tu próximo relato y a seguir disfrutando de la comida

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    1. Solamente el local ya es en sí un espectáculo, y por eso merece la pena visitar Al-Mounia

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  2. Waww impresionante el local ...la decoración de los platos me ha encantado ...como bien dices ha sido un transportarte a Marruecos...la comida curiosa pero creo q me gustaría porque me encanta la mezcla de dulce y salado. Yo lo único q he probado es el cous cous casero osea el q me preparo yo. Me ha resultado curioso q hayas dicho q era un menú degustación para uno pues me ha parecido una buena cantidad en cada plato. Pero hoy me quedo sobretodo con el lugar. Hasta la próxima comida

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    1. Entre plato y plato era un placer mirar alrededor y admirar grecas y arabescos

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  3. Tiene todo muy buena pinta y esa mezcla de sabores que a mí tanto me gusta. El local una pasada. Me alegro que lo hayáis disfrutado

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    1. En verdad un sitio para repetir, tanto por lo bonito del local como por los platos

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  4. Un excente descripción del lugar y de la comida. A mi ,particularmente, no me gusta mucho la mezcla dulce-salado a la vez, pero todo es probar.Gracias por advertirnos que ese menú degustación era por persona, porque dada la cantidad de comida pensé que era para dos.

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    1. Creo que una persona sola es capaz de comerse ese menú degustación, pero que sea una persona a la que le guste comer, claro.

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