jueves, 3 de enero de 2019

CRUZ BLANCA VALLECAS o cómo levitar con un plato tradicional


CRUZ BLANCA VALLECAS, a 3 de enero de 2019, en la calle Carlos Martín Álvarez nº 58 de Madrid, zona de Vallecas, cerca del campo de fútbol del Rayo y del Cerro del Tío Pío, parque desde el que se divisa todo Madrid.

Madrid desde el Cerro del Tío Pío
Es intención de ésta, la que escribe, hacer un recorrido por los restaurantes que tienen como especialidad el cocido. Una manía. Y después de haber degustado plato tan completo en Llardy, en Malacatín y en El Dinosaurio todavía seguía allí, vamos a probar el cocido en otro de los que dicen es de los mejores de Madrid, Cruz Blanca de Vallecas.

Antes de probar el del día de hoy, quiero comentaros que hasta la fecha, el que más me gustó fue el de Llardy, seguido del de El dinosaurio (cocido con chorizo de Asturias y hierbabuena en la sopa). De Malacatín, decir que me resultó muy grasiento, que la grasa del chorizo se apreciaba por todos los elementos del cocido, tanto en su sabor como en su color, garbanzos, repollo, y no, no me resultó agradable. Mucho renombre y poco mimo.

La entrada en Cruz Blanca Vallecas
Comentar, también, que según su página web, este restaurante ha recibido el premio nacional de hostelería en 2015. Veremos.

Cruz Blanca de Vallecas es una cervecería con mesas para comer, que en el día de hoy estaba lleno hasta la bandera. Pedimos una cerveza y a la hora de la verdad, como lo tenemos claro, no pedimos carta y vamos directamente al cocido, que por lo que se ve alrededor, es el rey del sitio.

La croqueta de cocido con alioli
Para abrir boca, nos sirven una croqueta de cocido con una raja de tomate en la base y alioli para acompañar. El tema de las croquetas es complejo, las hay malas, buenas, supremas y las de las abuelas, y la de la Cruz Blanca estaba muy buena, con su besamel delicada y los restos del cocido. Y no puede faltar la guindilla y la cebolleta, de la que parte de los comensales dan buena cuenta.
Guindilla y cebolleta que no falten




La sabrosa sopa de cocido
A continuación la sopa, caldo con mucho sabor aunque los fideos estaban un poco pasados. No nos dejan la sopera encima de la mesa para que nos sirvamos al gusto, sino que es el camarero el que va sirviendo en los platos. Nos llama la atención el cazo tan grande que utiliza, cazo de ración, porque de una vez ha llenado el plato. Aunque eso sí, si queremos más sopa, nos ponen otro cazo (sólo uno de nosotros decide repetir). Y acompañando a la sopa, una fuentecita con garbanzos, de la que nos servimos unos cuantos, que nos sirven para enfriar un poco el caldo, que venía ardiendo.

La fuente con un cocido completo, antes
Y tras retirar los platos hondos, nos dejan en la mesa la fuente con el cocido, cocido completo del que no falta ningún ingrediente: garbanzos, zanahoria, patata, repollo, albóndiga de carne un tanto picante, morcilla no sé si asturiana pero sí fuertecita, lo mismo que el chorizo, tocino, gallina, morcillo muy tierno, punta de jamón y huesos con su tuétano. Lo acompañan con una salsera con salsa de tomate con fuerte sabor a comino, especia que me gusta mucho por lo que lo he disfrutado bastante.

La fuente con el cocido, después
Impresiona ver una fuente tan completa y con tanto color. Vamos a por ello, y al poco comprobamos para nuestro pesar, que no vamos a poder con ello, que vamos a dejar la fuente con parte del contenido. Lo bueno de la Cruz Blanca Vallecas, es que lo tienen claro, y tras preguntar que si hemos acabado, ellos mismos te dicen que te puedes llevar lo que ha sobrado. Y sí, aparece al poco el camarero con una bolsa al vacío con los restos del cocido, que ha ido directo al congelador.

Hemos quedado tan llenos, que sólo nos atrevemos a pedir una tarta de queso a compartir entre los comensales, tarta que me parece casera y no congelada. Y dos cafés.

La atención por parte de los camareros ha sido correcta, teniendo en cuenta que había mucha gente, y que hemos tenido que pedir varias veces una jarra de agua. Por poner un pero a la experiencia, diría que sin preguntar si queríamos pan, había sobre la mesa un pedazo 
bastante grande para cada uno, y por el que nos han cobrado 2 euros por persona. Y es una pena, porque habríamos utilizado solamente un pedazo y no habrían ido a la basura los otros tres.



La señalización de los aseos: cristal con un relieve en el que se distingue la silueta de una mujer con pelo largo y un vaso en la mano y un hombre con una jarra. Se distingue la palabra señoras y caballeros. Original y con muy buen gusto.








4 comentarios:

  1. Para mi comer un cocido en Madrid es un problema, a mi me gusta el cocido andaluz, es decir, sopa y garbanzos juntos y luego la "pringa". Tal y como se muestra la bandeja de garbanzo y carne, que supongo será igual en todos los restaurantes, me produce un poco de saturación.
    En tu recorrido de los distintos cocidos no has mencionado el bola, famoso también por dicho plato. Casualmente como regalo de reyes a mi marido le voy a regalar una reserva en "el bola", siempre ha tenido ese capricho y este año será.
    Ya te diré que me ha parecido, me temo que con la cantidad que yo como me traeré más de un tañer.
    La señalizacion de los baños, elegante efectivamente.

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    1. Cuando ves aparecer la bandeja del cocido te dices que no vas a poder con ello, y es verdad. Y eso que a mi no me gusta dejar nada en el plato.
      Contarte que a El Bola no he ido, y que este año casualmente intenté reservar, pero no había sitio para el día que yo quería, por eso fuimos a otro restaurante con fama de buen cocido. Y no defraudó.

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  2. La descripción de los platos excelente como siempre ....pero hoy no se me ha gecho la boca agua como otras veces porque yo el cocido lo como por obligación porque no es mi plato favorito ...y eso q tengo buen apetito. Hasta el próximo mes¡¡¡¡

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    1. Para los gustos se hicieron los colores, y que el cocido no sea tu plato favorito es comprensible. Yo seguiré probando los mejores cocido del Madrid y os lo contaré.

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