SOMOS, a 17 de mayo de 2025,
en la plaza de España n.º 18, Edificio Madrid, planta II, restaurante del hotel
Barceló, entre los distritos de Centro y Moncloa-Aravaca, barrio de
Argüelles.
Esta céntrica plaza de España
fue conocida hasta el siglo XIX con el nombre de plaza de San Marcial,
hasta su reorganización urbanística del siglo XX en la que empezó
a ser conocida como Plaza de España
El chef Jorge Lacera que capitanea este restaurante, ofrece
carnes y pescados de temporada, pero lo más interesante en el día
de hoy es la ubicación del restaurante, con vistas a la plaza de
España y a la Gran Vía. El interior ha sido decorado por el
madrileño Jaime Hayón.
Y si hace unos meses
disfrutamos con una muy interesante comida en un restaurante con vistas a la plaza de Oriente, en
este mes de Mayo lo hemos hecho con un local que ofrece unas estupendas vistas a la plaza
de España y a la Gran Vía, la calle de los grandes espectáculos y
teatros de la ciudad.
La mesa en la que nos sitúan
se abre con una gran cristalera a la Gran Vía, plaza de España y edificio España, hotel Ríu, en una mesa no muy
grande, sin mantel pero con servilletas de tela, con copa y vaso para la bebida, pero con sillas muy cómodas.
El ambiente es muy agradable,
porque aunque el local es bastante espacioso, hay poca gente
comiendo, por lo que no había prácticamente ruido y se ha comido
muy a gusto. El local está separado por varias cristaleras que hacen pequeñas zonas independientes compuestas por tres o cuatro mesas, creando así varios compartimentos
individuales y acogedores.
Mientras miramos la carta, nos
pedimos un vermut que nos sirve gentilmente la camarera en la mesa
trayendo la botella, y no como en otros sitios, que traen el
aperitivo ya directamente en el vaso. Nos sorprende el agradable
sabor, ligeramente dulce, como a miel, del vermut por lo que le
pedimos a la camarera que nos traiga la botella para mirar los
ingredientes. El vermut que nos han servido es originario de Jerez de
la Frontera, se llama Lustau y entre sus componentes encontramos
ajenjo (planta medicinal digestiva), genciana (otra planta medicinal
digestiva y de sabor amargo), cilantro y naranja. Ese toque de sabor dulce que hemos
notado, se debe a que en su elaboración se ha incluido un vino con el PX algo dulce, vino de uva Pedro Ximénez.
Parece ser que el vermut rojo
Lustau ha sido elegido como el mejor vermut en España en el año
2021 por la Asociación Española de Periodistas y Escritores del
Vino.
Junto con el vermut nos han
servido un aperitivo que consiste en una especie de gazpacho, con
descargamento de miso, sobre el que han colocado una lámina de atún
rojo. Increíblemente bueno.
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Aperitivo de atún y miso |
Al poco tiempo, la camarera nos ha ofrecido diversos panes ya cortado en rebanadas y nos hemos decidido por un pan de centeno y otro integral. |
Pan de centeno e integral |
Todos los entrantes que leemos
en la carta tienen bastante buena pinta, nos surgen las dudas, pero nos toca decidir sobre
un par de ellos y nos decantamos por probar unos raviolis de cocido,
cuya pasta nos ha resultado cocida al dente y con un agradable
relleno de carne de cocido y sobre los que la camarera ha vertido un
caldo clarificado que le ha dado a los raviolis mucha jugosidad,
aunque de sabor han resultado algo sosos.
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Raviolis de cocido con su salsa |
El otro entrante que nos ha
parecido más interesante ha sido un arroz de caldero del Mar Menor,
aderezado con unos toques de ali-oli de espirulina, que es una alga
microscópica de color azulado e interesantes nutrientes y con varios
pedazos de pargo, ese pez que se cría en aguas del Atlántico y
también en piscifactorías. Como resultado, un plato de bonito color
naranja con toques azulados y muy sabroso.
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Arroz de caldero con ali-oli de espirulina |
Siguiendo con el plato fuerte nos hemos decantado por el pescado, con un bacalao cocinado a Siguiendo con el plato fuerte nos hemos decantado por el pescado, con un bacalao cocinado baja
temperatura, pilpil de lemongrass (o te de limón) y miel, acompañado
de unas espinacas a la catalana, con sus pasas y sus piñones
aderezadas con un toque de miel, formando una combinación de sabores
muy especial. Unir las lascas del bacalao con su pil pil, con el
dulzor de la miel y las espinacas nos ha resultado un plato de lujo.
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Bacalao y espinacas a la catalana |
El otro plato fuerte ha sido
un atún rojo Balfegó, considerado por algunos como el mejor atún
rojo del mundo, atún rojo salvaje pescado en el Mediterráneo
occidental y presentado sobre una crema de gazpachuelo malagueño con ralladura
de raifort (rábano picante), plato igual o muy parecido al aperitivo
que nos sirvieron junto con el vermut y que estaba delicioso.
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Atún de Balfegó sobre gazpachuelo malagueño |
Y los postres, en el día
de hoy nos hemos decidido por una torrija de pan brioche con su crema
de haba tonka, que es una semilla originaria de Centroamérica que
conlleva un sabor especiado y dulce, acompañado de un helado de
vainilla de Madagascar.
El otro postre ha sido una
rosquilla con su cremoso de matalauva, acompañado de un helado de
violeta. En una presentación espectacular, bajo una bola de algodón
de azúcar encontramos una rosquilla, que ha resultado algo densa,
sobre ella un helado de violeta y bajo la rosquilla una crema
delicada y suave elaborada con esa hierba que tiene un cierto sabor a
anís, la matalauva.
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Rosquilla bajo nube de algodón de azúcar y torrija |
Con relación a la
señalización de los aseos, muy original y divertida, aunque hay que
pararse un momento a pensar qué es lo que no están queriendo decir
e interpretar el diseño de las figuras.