lunes, 18 de julio de 2022

LOBITO DE MAR: Pescados, mariscos y piña

LOBITO DE MAR, a 16 de julio de 2022, en la calle Jorge Juan n.º 10 de Madrid, barrio de Salamanca, zona noble llena de restaurantes y mucha moda.

Logotipo de Lobito de Mar

Estamos en el mes de julio, el calor cae sobre Madrid con mucho descaro y toca terraceo y comer algo fresquito, aunque en esta noche de sábado no se puede estar en la calle por el calor que hace y hay que buscar un interior con aire acondicionado y dejar la terraza para cuando bajen un poco las temperaturas. 

Lobito de Mar es un restaurante que forma parte del grupo del chef nacido en Marbella Dani García; este chef tiene nada menos que tres Estrellas Michelín, por su restaurante La Calima y por Dani García Restaurante y con un sol de la Guía Repsol por su restaurante Lobito de Mar. Cocina internacional y sobre todo marisco y pescados del día son sus señas de identidad. Podemos encontrar percebes, coquinas, navajas, lubinas, rodaballos, lenguados,… y buenos arroces; y no puede faltar el atún en todas sus variedades. 

Interior de Lobito de Mar

Agradeciendo el fresco que nos ofrece el restaurante entramos en Lobito de Mar y lo primero que nos encontramos es un mostrador en la que se exhiben rodaballos, lenguados, carabineros y gambas de un tamaño que parece que le están diciendo al visitante “atrévete conmigo”; se aprecia un ligero olor a marisco que todo lo envuelve y el suave olor del humo de la plancha o brasas que abren el apetito.

El local es bastante amplio, dividido en varios ambientes, con una decoración muy marinera en la parte que nos ha tocado a nosotros y música ambiente muy suave. Manteles y servilletas de tela y platos y vasos con un estilo discreto. El servicio de camareros, muy atento y profesional, hablando inglés fluidamente cuando era menester o preparando un guacamole en el momento, como se hizo en la mesa que estaba a nuestro lado. 

Cóctel Baso de Sapo

Esta vez, antes de ver la carta y pensar en los que nos apetece comer esta noche, sabiendo que en la carta también hay sitio para probar cócteles, nos atrevemos con un Beso de Sapo, a base de licor de melón de la variedad piel de sapo, ginebra y algo de soda, y con mucho hielo; muy fresquito para un día con tan altas temperaturas.

Aceite Castillo de Canena


Mientras miramos la carta y nos decidimos, nos sirven de aperitivo un gazpacho muy ligero y fresco, para abrir boca, y un aceite de Jaén, Castillo de Canena, con ese color entre dorado y verdoso auténticamente delicioso, para mojar pan. 

Miramos la carta a través del código QR, y entre los pescados y mariscos que ofrecen vemos un plato que se llama precisamente Lobito de Mar, y sin saber qué es, es lo primero que pedimos. Se trata de una ración de bocaditos de cazón en adobo, frito y muy delicado al paladar y servido con una mahonesa con ajo asado. Espectacular.


Lobito de Mar

Terminado con el cazón, nos retiran el plato y los cubiertos que había en un principio en la mesa, y nos colocan otros platos, pero estos ya tienen el logotipo del restaurante Lobito de Mar, y como curiosidad, decir que los tenedores los colocan en la mesa boca abajo, con los pinchos tocando el mantel. 

Plato de Lobito de Mar con el tenedor boca abajo

Tras el Lobito de Mar, nos sirven un carpaccio de atún; en la fuente, tres finas láminas de atún crudo, de tres partes diferentes del pez, el descargamento o solomillo, el tarantelo o parte central y la ventresca, que es la parte del vientre, perfectamente diferenciables en su color y aspecto, y sobre una base de aceite de oliva y vinagre de arroz. Según la camarera que nos atiende, se tiene que comer por ese mismo orden, primero el descargamento, luego el tarantelo y finalizar con la ventresca. Me quedo con la parte de descargamento, tal vez la parte que tiene más sabor y la menos fibrosa. A destacar esa base de aceite y vinagre de arroz que todavía conserva el sabor del atún, que hizo que mojásemos pan y seguir comiendo.

Carpaccio de atún

En Lobito de Mar, restaurante especializado en pescados y mariscos, no podemos dejar de probar alguno de los mariscos que ofertan, así que nos decidimos por unos carabineros a la plancha. En la fuente, dos carabineros abiertos por la mitad que pesaban 310 gramos, rojos, grandes, estupendos y en su punto. Estos carabineros venían acompañados de una berenjena cortada en bastones, frita muy ligeramente en tempura o tal vez asada, algo sosa, pero muy acorde para acompañar al marisco. 

Carabineros a la plancha y fuente de berenjenas

Como quedaba hueco para el postre, preguntamos a la camarera lo que ella recomendaría; nos habla de la tarta de queso y de la piña. Así que sin mirar la carta, pedimos tarta de queso fresco que más que una tarta parecía una mousse de queso, suave, cremosa, que casi se derrite en la boca. Todo un manjar. Y si la tarta era una delicia, la piña balsámica recomendada no se queda atrás: un cuarto de piña fresca cortada en trozos y aliñada con miel, menta, lima y algo de azúcar. Un final feliz y merecido.

Tarta de queso y piña

Como siempre, el fin del relato siempre hablo de la señalización de los aseos. Y en Lobito de Mar, está muy acorde con la intención del restaurador de darle al mar la atención que se merece, aunque en el de caballeros no aprecio muy bien lo que significa el dibujo.

Señoras

Señores

Y antes de llegar a los aseos, para seguir con el interés por el mar y sus habitantes, una bonita y luminosa decoración.

Decoración del interior de Lobito de Mar


8 comentarios:

  1. Me parece todo super rico aunque el atún no es mi preferido entre los pescados pero me gusta. Los postres siempre lo mejor. Espero sigáis disfrutando

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    1. Me encantó el atún y la piña balsámica. Seguiremos probando sitios y comidas.

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  2. Me parece todo muy bueno, y un lugar al que me trae recuerdos de mi juventud, creo que el atún es de mis pescados favoritos, y el postre espectacular, a seguir disfrutado de vuestro paladar

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    1. Puedes compartir con este grupo gastronómico esos recuerdos de juventud, tal vez el marisco, tal vez la decoración o el lugar.

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  3. Tiene todo una pinta fenomenal, todo me gusta y el postre también muy rico

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  4. Una pinta fenomenal y estupenda cocina. Y la piña balsámica, para repetir.

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  5. Como siempre ,una descripción muy detallada del restaurantte y de los platos que tomasteis. Me ha gustado también saber el origen de este restaurante y conocer quién es su dueño. Desde luego los platos tenian muy buena pinta. Me lo "apunto" para probarlo.

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