TRIKKI NUEVA ORLEANS
TRADITIONAL CUISINE, a 15 de junio de 2019, en la calle Santa
Engracia n.º 109 de Madrid, Chamberí, zona coqueta.
Se trata de un restaurante
que, según su página, está especializado en platos de Nueva
Orleans y Venezuela (porque uno de los socios es de este país). La gastronomía de esta parte de Norteamérica tiene claras influencias de la cocina acadia (zona de la antigua Canadá
francesa), española, caribeña, italiana o del oeste de África.
![]() |
El interior de Trikki y sus lámparas-tambor |
Para entender la base de la
gastronomía de Nueva Orleans, hay que remitirse a esa tribu de los
cajún, que habitaba en la Canadá francesa (Acadia) y que se
trasladaron a la actual Luisiana tras la incorporación de esos
territorios a la Corona Británica. Esta tribu de los cajún se llevó
consigo sus platos tradicionales, cuya base la forman
fundamentalmente, cebolla, pimientos y apio. A eso hay que sumar las
influencias de las cocinas francesas, italianas y españolas y
tenemos la cocina de Nueva Orleans, sin olvidar esa mezcla con la
cocina proveniente de los antiguos esclavos que venían de África.
![]() |
La original carta de Trikki |
Echamos un vistazo a la carta
mientras saboreamos una cerveza de Milwaukee, pero enseguida nos
dejamos asesorar por la camarera, tras comentar que queremos probar
los platos más tradicionales.
Tras sus consejos, pedimos
como entrante los famosos tomates verdes fritos, que no son sólo una
película, sino que sobre un plato alargado, nos sirven nuestra
ración compuesta de 6 gruesas rodajas de tomates verdes, pero que
muy verdes, y aun así tiernos, y fritos con una tempura con toque
picante, y una salsa remoulade para darle más sabor. La salsa
remoulade es una mayonesa con mostaza de Dijón, que también
pica, a la que se le añade pedacitos muy pequeños de lo que parecen alcaparras o pepinillos, por su
sabor, y con tomillo o eneldo. Interesante.
![]() |
Tomates verdes fritos con salsa remoulade |
Comentar que es la segunda vez
que probamos los tomates verdes fritos en un restaurante de cocina de
Nueva Orleans, y en unos tiene el toque picante y en el otro no. Tengo la impresión de que la verdadera cocina de esta parte de Norteamérica es picante.
Y el segundo entrante
recomendado es la Nola Onion Mum. ¡Cómo explicar lo que nos sirven!. Se trata de una tierna y gran cebolla a la que se le han dado varios cortes en
vertical, para permitir que se pueda abrir en capas y gajos, y formar
un flor, servida frita en tempura y acompañada de tres salsas, la ya
comentada remoulade, la salsa cajún (también un poco picante al
añadirle cayena a la mayonesa, orégano, ajo en polvo y aceite oliva
virgen) y ¡oh, sorpresa! salsa de sirope de chocolate. Es un placer arrancar
un pétalo de esa flor de cebolla frita y añadirle una pizca de
sirope de chocolate, o cualquiera de las otras dos salsas. El contraste del sabor de la delicada cebolla frita con el dulzor del sirope de chocolate es muy impactante. Plato muy original.
Como segundos platos, insistimos en los platos típicos de Nueva Orleans, que resultan ser el gumbo y la jambalaya.
![]() |
La cebolla frita con el sirope de chocolate y la salsa remoulade |
Como segundos platos, insistimos en los platos típicos de Nueva Orleans, que resultan ser el gumbo y la jambalaya.
El gumbo es un plato cuya base
es el arroz con trocitos de pollo, chorizo criollo y langostinos, con
su salsa de carne. Llama la atención de este plato el pimiento verde
que proviene de África y se llama ocra, pequeño y con sus semillas
que por su tamaño, no se pueden quitar. En un principio, pensamos
que era este ingrediente el que le daba el toque picante, pero no,
es un pimiento que no pica, lo que pica es la pimienta blanca y que
es el que hace que el caldo utilizado quede espeso.
Y la jambalaya. Si el gumbo pica según lo pruebas, la jambalaya te deja ese regusto picante intenso en la boca una vez terminas con el último bocado. Ambos platos tienen la misma base e ingredientes, pero a la jambalaya le falta el caldo, y resulta más contundente y menos interesante.
![]() |
El gumbo con su arroz, ocra y langostinos |
Y la jambalaya. Si el gumbo pica según lo pruebas, la jambalaya te deja ese regusto picante intenso en la boca una vez terminas con el último bocado. Ambos platos tienen la misma base e ingredientes, pero a la jambalaya le falta el caldo, y resulta más contundente y menos interesante.
Vamos con los postres. No hay gran variedad, pero una vez que nos comentan que todos son caseros, nos decidimos por la tarta de queso con chocolate blanco y mermelada de tomate natural (hecha con esos tomates que ya no son verdes y pasan al rojo y no sirven para el plato más emblemático). Y el quesillo venezolano, que es una mezcla de flan y tocino de cielo, en su sabor, pero no en forma, aderezada de sirope de caramelo. Me quedo con la tarta de queso, jugosa y nada empalagosa.
![]() |
El quesillo venezolano y la tarta de queso con mermelada de tomate |
Se nota la importancia del
jazz en Trikki Nueva Orleans por la música ambiente o la decoración
con saxofones o esos tambores utilizados como lámparas.
Destacar la amabilidad de las camareras y su profesionalidad, contestando a las preguntas sobre ingredientes y formas de cocinar. Y comentar como anécdota, lo incómodo que era el mango del tenedor, porque no se podía coger bien.Por último, y como siempre, la señalización de los aseos; de lo más divertido que hemos encontrado hasta ahora. El restaurante no era muy grande y había únicamente un cuarto de baño, para todos los públicos, obviamente.