miércoles, 12 de julio de 2023

MamaQuilla: Platos latinos de nivel.

MamaQuilla, a 8 de julio de 2.023 en la calle de José Abascal n.º 61 de Madrid, esa calle dedicada a don José Abascal y Carredano, quien fue alcalde de Madrid a finales del siglo XIX. Nació en la provincia de Cantabria, de profesión médico, fue una figura de la política progresista en el Madrid de entonces, participando activamente en la revolución de 1.868; fue también senador por las provincias de Alicante y Guadalajara. Entre los datos más destacados como alcalde de Madrid, figura que fue la persona que impulsó las obras del inicio de la catedral de la Almudena, aprobó las obras de construcción del Banco de España y obligó a los comerciantes a vender por el peso exacto de las mercancías para evitar fraudes y abusos.

Nos encontramos con un restaurante en el que le van a dar una importancia justa al mundo del picante, y que el acto de comer abarque todos los sentidos, tanto la mirada como el gusto y el olfato.

Logotipo de MamaQuilla

En MamaQuilla nos vamos a dar un paseo por toda la gastronomía latina, podemos decir que vamos a hacer las Américas desde este rincón de la capital, por eso podremos saborear platos que tengan como base principal el maíz, la yuca, chiles o el maracuyá.

Nos encontramos con un local muy colorido, con cuadros que cuelgan de las paredes de estilo muy moderno, con una fuente de agua fresca en la entrada, con mesas y sillas altas que no resultan muy cómodas para estar mucho tiempo comiendo. Y la mesa con la encimera de azulejos de color verde.

Interior de MamaQuilla

Nada más entrar nos ofrecen agua, pero nosotros preferimos probar algún cóctel para abrir boca, saborear algún cóctel a base de tequila o pisco, aunque nos decidimos por un Cartagena de Indias, un daiquiri a base de frutas tropicales, con lima, piña o fruta de la pasión y una Piña Colada, ya se sabe a base de piña, coco, esencia de vainilla y mucho hielo. Ricos y refrescantes.

Cartagena de Indias y Pila Colada

Mientras miramos la carta y nos decidimos, nos sirven un aperitivo a base de berenjena asada con totopos, que es esa tortilla de maíz de origen mexicano fritos y crujientes, cortados en forma de triángulo y que alguno podría confundir con los nachos, y es que el nacho es un plato cuya base es el totopo acompañado de alguna salsa o pico de gallo, con mucho sabor a maíz, y que luego nos cobraron, aunque no lo habíamos pedido. El sabor de la berenjena asada quedaba eclipsada por el fuerte sabor a maíz de los totopos.

Aperitivo de totopos y berenjena asada

Miramos y remiramos la carta y no conseguimos decidir qué plato degustar, así que, aceptamos las recomendaciones del amable camarero, que por cierto nos contó que era de Ecuador, y optamos por probar las arepitas de rabo de vaca, con pipirrana, chile poblano típico de la comida mexicana, emulsión de maracuyá y queso Idiazábal. Sobre el plato, que tenía un original diseño en forma de hoja de cactus, dos bases de tortita de maíz tostada acompañada de una tierna carne de rabo de vaca y aderezada con esa emulsión un tanto ácida de la fruta de la pasión que entonaba perfectamente con las virutas de queso Idiazábal. Un bocado exquisito que venía adornado con pequeñas hojitas verdes, que contrastaba con el blanco del queso y la emulsión.

Arepitas de rabo de vaca

El otro entrante recomendado por el camarero fue los tacos de cangrejo de soft schell crab o de cáscara blanda, que resultó ser un carabinero rebozado sobre una tortita de maíz, acompañado de queso costeño ahumado, que es un queso fresco, blanco y blando que se produce en la costa caribeña de Colombia y pico de gallo de hoja santa, que es esa mezcla de taquitos de tomate, cebolla y cilantro, todo cortado muy fino al que se le añade algo de chile jalapeño y aderezado con zumo de limón y trocitos de mango, que le daba un toque muy freso. Otro bocado delicioso.

Tacos de cangrejo

Seguimos nuestra aventura probando un aguachile de chipirones a la brasa acompañado de arroz negro inflado, trozos de mango y zumo de lima. El aguachile es un plato típico de la costa occidental mexicana a base de camarones, chiles, tiras de cebolla y limón o lima. Como complemento, que hemos utilizado para empujar esos chipirones tan tiernos, a modo de pan, una especie de cortezas en forma de rueda. Otro bocado muy logrado.

Chipirones a la brasa

Parece que nos hemos quedado con ganas de probar otros platos, por lo que nos decidimos a pedirle al camarero un Pulpo al Olivo a la Llama, que resulta ser como la mitad de un pulpo pequeño, cocinado a la brasa con un toque picante que le da el rocoto (otra variedad de pimiento rojo típico de la cocina andina) y un intenso sabor a oliva negra. Y por encima del pulpo, lo que parecen algas fritas muy verdes. Otro plato muy interesante digno de ser probado.

Pulpo al Olivo a la Llama

Mientras degustamos estos platos de la cocina latina, una pareja, chico y chica, amenizan la estancia bailando una coreografía elegante de música latina, que podría ser una cumbia. Un inmejorable ambiente para un día de intensa experiencia gastronómica.

No podemos dejar de probar un postre casero, y siguiendo las indicaciones del camarero, pedimos un postre Tres Leches, muy jugoso, con un ligero toque abizcochado, acompañado de helado de bergamota, que es una fruta del tamaño de un pera pero de sabor ácido, y almendras. Increíblemente bueno.

Postre Tres Leches con helado de bergamota

En cuanto a la señalización de los aseos, decir que no existía dicha señalización que identifica la separación de las puertas de acceso a los aseos de señoras de los de señores. Como ocurría en Jerónimo, los aseos son compartidos entre todos, sin distinción de géneros.

Aseos de MamaQuilla

Podemos concluir que lo mejor de MamaQuilla, además de esos platos tan deliciosos, ha sido el ambiente musical y colorido del local y el buen rollo que generan sus empleados.