sábado, 9 de diciembre de 2023

EL LINCE: Lentejas y casquería

EL LINCE, a 7 de diciembre de 2023 en la calle Príncipe de Vergara n.º 289 de Madrid, calle que nombra a ese príncipe de Vergara que fue don Joaquín Baldomero Fernández-Espartero Álvarez de Toro, a quien Amadeo de Saboya le concedió el título de príncipe el 2 de enero de 1872. El título quiso reconocer que el general Espartero firmó el abrazo de Vergara en 1839 con el general Rafael Maroto, este último luchaba con las tropas carlistas, mientras que el que luego fue príncipe de Vergara lo hacía defendiendo a Isabel II.

Logotipo de El Lince

EL LINCE, restaurante de comida de temporada, eso que día a día nos ofrecen los mercados, además de carnes, pescados y mariscos, trabajan los productos de casquería en su versión más popular. A los fogones se encuentra el chef Javi Estévez, fundador de la Tasquería (en donde estuvimos en marzo de este mismo año tomando el menú degustación), nacido en 1983 y de origen soriano. En marzo de 2019 a El Lince se le concedió un sol de la guía Repsol. Aquí podemos degustar embutidos y quesos, lengua de ternera en ensalada, callos con su pata y su morro, oreja de cerdo, mollejas de cordero o bacalao, entre otras delicias. 

Interior de El Lince

Es una mañana desapacible, llueve y parece que El Lince tiene bastantes reservas por lo que nos ofrecen comer en una mesa alta o en la terraza cubierta. Decidimos comer en la terraza, aunque la temperatura sea un poco baja; pero enseguida nos han puesto una estufa que ha caldeado bastante el ambiente. 

Después de pedir coca-cola y cerveza, que viene acompañada de unas aceitunas gordas y machacadas, miramos la carta mientras el camarero que nos atiende nos cuenta que fuera de carta tienen unas lentejas estofadas; y es lo primero que decidimos probar.

Aceitunas de aperitivo

Mientras vienen las lentejas, y para abrir boca, nos ofrecen un aperitivo, que viene junto con la cesta del pan, muy original: huevo duro relleno de ropa vieja y bechamel en lugar de mayonesa. Lo sirven calentito y dado el día que hace, se agradece. 

Huevo duro relleno de ropa vieja y pan

Antes de las lentejas nos sirven uno de los platos a compartir, unas croquetas de cecina, elaboradas con una bechamel muy suave, como a mí me gusta, en la que tal vez lleve algo de caldo del cocido dado el color que tenían por dentro. Y las coronaban, una pequeña loncha de cecina. Ricas, ricas. 

Croquetas de cecina

Y después unas lentejas estofadas, plato caliente, con su patata, su zanahoria y su cebolla y aderezadas con trocitos de lengua de ternera y foie rallado. Como complemento al plato, una ración de ese fiambre de lengua de ternera ahumada, presentado en lonchas muy finas, adornada con cebollino picado por encima. Están tan buenas, que dan ganas de repetir. 

lentejas estofadas y lengua de ternera

Como queremos probar varios platos, nos decidimos por pedir medias raciones y el siguiente que nos ofrecen es una oreja de cerdo acompañada de salsa brava, una pizca de zumo de lima que ha hecho que se potencie su sabor y tajín (sazonador a base de chile, limón y sal de mar), presentada de una forma muy original, como su fuesen tres lonchas de carne, muy tierna, melosa, jugosa y muy suave, dado los ingredientes que lo aderezaban. Y por encima, un adorno de hojitas tiernas.
 
Oreja de cerdo

Siguiente media ración que nos apetece probar, unas mollejas de cordero al ajillo, aliñadas con una yema de huevo, apionabo (que es una planta parecida al apio, pero del que se utiliza sólo la raíz), y acompañadas de tirabeques, (especie de guisante del que se utiliza la vaina tierna y de un color verde brillante) y trocitos de espárragos trigueros. Tal vez sea el plato menos conseguido, el que tenía menos sabor, de todos los que hemos probado, aun estando muy bueno. 

Mollejas de cordero al ajillo

Y no podemos dejar pasar la oportunidad de probar los callos, tal vez la comida rey de la casquería, así que, pedimos otra media ración de callos tiernos y sabrosos, demasiado picantes para mi gusto, aunque eso sí, terminamos de mojar el pan en tan rica salsa. 

Callos

Como nos queda hueco para los postres, nos decidimos por una torrija de pan de brioche, dulce, jugoso y templado, con una fina capa de caramelo frío por encima y acompañado de helado de limón. Y el otro postre, un flan de queso, presentado como si fuese una cuña de tarta de queso, aderezado con salsa de regaliz y de remolacha, cuya mezcla de sabores ha resultado espectacular, y lo digo yo, que no me gusta el regaliz negro, y acompañado de frutos rojos. Los dos postres han resultado tan increíbles, que no sabría decir cual de ellos repetiría.
 
Brioche con helado y flan de queso

La señalización de los aseos, normal y sin complicaciones, ya visto en otros restaurantes.



domingo, 3 de diciembre de 2023

MIYAMA: Sopa miso, nigiris y anguila.

MIYAMA, a 2 de diciembre del 2023 en la calle de la Flor Baja n.º 5 de Madrid, entre la  plaza de España y Gran Vía.

Esta calle de la Flor Baja, nombre curioso donde los halla y que termina en la calle Leganitos, se debe a que en esta parte de la ciudad, en una zona elevada, había unos jardines y huertos con flores altas cuya zona de entrada lo era por la parte de las flores bajas y atravesando una bonita escalinata. Cuando se inicia la construcción del entramado de calles de la zona, desaparecen los jardines, pero se sigue conservando el nombre de las calles de Flor Alta y Flor Baja. La calle de la Flor Alta está situada muy cerca de la de la Flor Baja, entre la calle Libreros y San Bernardo.

Volvemos de nuevo, después de más de 10 años a MIYAMA, (que significa montaña bonita), que tiene el honor de ser el primer restaurante que visitamos cuando comenzamos esta aventura gastronómica, aunque por aquel entonces, el MIYAMA que visitamos fue el del paseo de la Castellana n.º 45.

Logotipo de MIYAMA

En MIYAMA, como buen japonés, podemos degustar sushi, nigiri, sashimi, pescado fresco y platos de la cocina japonesa contemporánea y vanguardista o guisos tradicionales japoneses, tempuras, además de la típica sopa de miso.

Interior de MIYAMA Flor Baja

Nos encontramos con un local con una decoración muy discreta, poca decoración en las paredes y colores cálidos; en las mesas, un mantel individual por persona y con palillos en vez de tenedor, como no puede ser de otra forma. El local no es muy grande pero está muy bien atendido por tres camareras y un camarero, muy atentos y con un tiempo de espera muy correcto entre platos.

Como siempre, y mientras miramos la carta pedimos una cerveza y una coca-cola y a la par que la bebida nos presentan un aperitivo típico de la cocina japonesa, un platito de alga wakame con ese bonito color verde, con semillas de sésamo. Esta alga es originaria de las costas de Corea y Japón, y tiene un gran contenido en yodo, calcio y ácido fólico.

Aperitivo de wakame

Queremos seguir probando muchas cosas de la gastronomía japonesa, así que no queda más remedio que pedir varios platos y compartirlos; empezamos esta degustación con una sopa miso, elaborada con caldo dashi, o caldo de pescado, acompañada de algas wakame, y por tanto rica en ácido fólico y antioxidantes, y de pasta de miso en daditos o tofu. Caliente y sabrosa para un día de frío.

En el interior encontramos la sopa miso

Seguimos con una tempura variada en la que probamos diversas verduras, como calabacín, berenjena, zanahoria, pimiento, brócoli y pescado blanco, además de langostinos, rebozado con una tempura muy delicada y acompañada con un salsa ponzu, salsa elaborada con vinagre de arroz, salsa de soja y zumo de limón o naranja, en la que empapamos cada pieza y que le da a las verduras un grato sabor a limón.

Tempura

Dentro de la gastronomía japonesa, destacan las gyozas, esa especie de empanadillas típicas de la cocina oriental, y las que sirven en Miyama destacan por la suavidad de la masa que envuelve ese cerdo con verduras al vapor y después pasadas un momento por la plancha. Nos sirven seis piezas acompañadas de la salsa ponzu, servido caliente y de una delicadeza especial, de las mejores gyozas que hemos probado.

Gyozas

Y no podemos dejar de probar una selección de nigiris, ese bocado de arroz coronado generalmente con un lámina de pescado, y que en este caso son de atún, de toro o esa parte más grasa del atún, pescado blanco, salmón, vieira, calamar (tal vez el más basto de todos), de langostino tigre, de huevas de salmón, de lomo alto de buey (el único de carne) y el buenísimo de anguila, el mejor nigiri probado en mucho tiempo. 

El plato blanco en el que nos sirven los nigiris, que tiene forma de lágrima, viene con un poco de wasabi y de jengibre para poder dar un toque picante a la salsa de soja que nos ponemos para dar más sabor a los nigiris, todo ello al gusto del comensal.

Nigiris de pescado, marisco y de lomo de buey

Otro plato típico de la gastronomía japonesa que queremos probar es el uramaki dragón, que es ese sushi de arroz enrollado, con el alga nori en su interior (y no en el exterior, que es lo que le diferencia del maki) y relleno de langostino, aguacate y por encima un trozo de anguila, otra vez, ese pescado sabroso y poco conocido en la cocina española.

Uramaki dragón

Y de postre, y para terminar, uno de los dos que según el camarero ha sido elaborado por los cocineros, postre casero, y es un harumaki de chocolate; se trata de una fina masa de hojaldre en forma de rollito pero rellena de una crema de chocolate muy espesa acompañado de un helado de vainilla y dos arándanos. O lo que es lo mismo, un rollito de primavera dulce relleno de chocolate. Demasiado empalagoso para mi gusto.

Harumaki de chocolate

Para terminar, la señalización de los aseos, ha resultado poco original, para un sitio con una gastronomía tan especial.




domingo, 5 de noviembre de 2023

KILLO MADRID: Sabores de Cádiz y otros.

KILLO MADRID, a 3 de noviembre de 2023 en la calle Andrés Mellado de Madrid, esquina con la calle Joaquín María López, zona Moncloa, calles que homenajean a don Andrés Mellado y Fernández, quien fue un político y ministro bajo el reinado de Alfonso XIII, además de periodista y abogado. Nacido en Málaga, fue miembro del partido liberal-conservador y ejerció el cargo de ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1905 y alcalde de Madrid entre 1889 y 1990. Y a don Joaquín María López, cuyo nombre completo era Joaquín María López de Oliver y López de Platas, nacido en Villena, Alicante, fue un político español de ideología progresista del siglo XIX y que fue presidente del gobierno en dos ocasiones.

Logotipo de Killo Madrid

Nos encontramos con un restaurante moderno que intenta mezclar los sabores de Cádiz con el moderno Madrid, que tiene como lema “Come y calla”, pretendiendo con ello que el cliente saboree los platos que le han colocado sobre la mesa, sin olvidar la conversación que se plantee entre plato y plato y que da pie a comentar los sabores y emplatados de todo lo ofrecido.

Interior de Killo Madrid

Al entrar podemos ver que las mesas y sillas que están situadas junto a la barra son altas, y para nuestro gusto, algo incómodas; así que, preguntamos si no disponen de mesas más bajas, a lo que nos dicen que sí, que en la planta de arriba; allí nos dirigimos y contemplamos una decoración bastante sobria, destacando esos baldosines de un bonito color azul que cubren la casi totalidad de las paredes, con una estilosa cortina de macramé situada a media altura, que cubre un trozo de pared; y esas lámparas de junquillo, aunque colocadas un poco bajas, de forma que te puedes dar con ellas al menor movimiento de brazos.

En Killo Madrid podemos encontrar cervezas artesanales, como la que hemos saboreado, un tercio de nombre Cachonda, además de cócteles, camarones, ensaladillas, cazón, atún, chipirones, y con platos con toques de la gastronomía italiana, o salsas de ascendencia oriental; e incluso podemos degustar las ricas alcachofas de Tudela.

Saboreamos la cerveza artesanal y un vermut, que nos han servido con un aperitivo de una mouse de garbanzos, listo para untar en los pequeños panecillos calientes que lo acompañan, aderezado con sésamo y en el que se intuía el toque de curry o cúrcuma y que le ha dado a la mouse un ligero toque dorado y muy sabroso.

Mouse de garbanzos

Después de ver la carta y de consultar a la amable camarera, nos decidimos por probar la alcachofa de Tudela confitada, que viene rellena de una sabrosa carne de morcillo de vaca y cocinada a baja temperatura durante unas 12 horas, adornada con lo que parece cebolla frita en tiras. Una forma muy original de servir una humilde alcachofa, pero delicioso el contraste de sabores. Un acierto.

Alcachofa de Tudela rellena de carne

En un restaurante que se precie de disponer de lo mejor de Cádiz y su entorno, no puede faltar el cazón, así que, nos atrevemos con ese cazón frito rebozado en maíz acompañado de una crema de patatas revolconas y un par de piparras encurtidas. Muy jugoso el pescado, con un toque correcto en el adobo del cazón y en el que no se dejaba apreciar bien el sabor de esas patatas revolconas. Un plato que merece una repetición. Y como adorno extra, ese cebollino picado que le da un toque mágico a la crema de patatas.

Cazón con crema de patatas revolconas

Seguimos probando platos que nos recuerdan el sabor del mar y por eso nos atrevemos con unos linguines de sepia, aderezados con una boloñesa de choco y espuma de alioli. El linguine, es esa pasta aplastada originaria de Liguria, muy parecida al spaguetti. En este caso, el linguine estaba hecho con la tinta de la sepia, que le daba ese toque de color negro y un sabor a fruto del mar, con un ligero toque picante y con una crema de queso, burrata, que es ese queso fresco elaborado con leche de vaca, pero de textura más suave que la mozzarella, y que mezclando linguine, burrata, y salsas ha resultado un plato delicioso, además de muy atractivo por ese adorno elaborado con la tinta de la sepia y servido en forma de red y el cebollino, que le da ese atractivo color verde a todos los platos.

Linguines con salsa y burrata

No nos podemos olvidar del atún que tan bien saben tratar en las costas gaditanas, así que , por recomendación de la camarera, decidimos probar las costillas de atún salvaje de la almadraba aderezado con salsa teriyaki, ya se sabe, esa salsa oriental elaborada a base de salsa de soja, azúcar o cualquier otro elemento dulce y sake o cualquier otro licor, que tan buenos sabores da a los platos, acompañados de pequeños dados de piña asada, que le ha dado al  plato un estupendo sabor dulce y polvo de cacahuete. Tal vez ha sido el plato menos agradecido de los que hemos probado, porque aunque de sabor estaba muy bueno, lo hemos encontrado algo seco.

costillas de atún con salsa teriyaki

Para terminar, no podemos dejar de probar los postres caseros que nos ofrecen, así que, nos decidimos por pedir una tarta de queso (aunque por un error de la camarera nos han servido una crema catalana) que podemos decir, estaba correcta, tanto en su presentación como de sabor, y una mouse de chocolate blanco, adornado con ralladura de coco y polvo de galleta y acompañado de salsa de mango. Mejor sabor y presentación de la mouse de chocolate blanco, original y delicioso, adornado con esa crema de mango que más parecía un huevo de codorniz frito, y esas láminas superfinas de chocolate blanco.

Crema catalana

Mouse de chocolate blanco








Y para terminar, y como siempre, una foto de la señalización de los aseos, original y divertida, aunque a decir verdad, el aseo de señoras se identificaba perfectamente, el de señores, ha dado para mirar y pensar un rato en lo que su diseñador nos ha querido contar.




miércoles, 12 de julio de 2023

MamaQuilla: Platos latinos de nivel.

MamaQuilla, a 8 de julio de 2.023 en la calle de José Abascal n.º 61 de Madrid, esa calle dedicada a don José Abascal y Carredano, quien fue alcalde de Madrid a finales del siglo XIX. Nació en la provincia de Cantabria, de profesión médico, fue una figura de la política progresista en el Madrid de entonces, participando activamente en la revolución de 1.868; fue también senador por las provincias de Alicante y Guadalajara. Entre los datos más destacados como alcalde de Madrid, figura que fue la persona que impulsó las obras del inicio de la catedral de la Almudena, aprobó las obras de construcción del Banco de España y obligó a los comerciantes a vender por el peso exacto de las mercancías para evitar fraudes y abusos.

Nos encontramos con un restaurante en el que le van a dar una importancia justa al mundo del picante, y que el acto de comer abarque todos los sentidos, tanto la mirada como el gusto y el olfato.

Logotipo de MamaQuilla

En MamaQuilla nos vamos a dar un paseo por toda la gastronomía latina, podemos decir que vamos a hacer las Américas desde este rincón de la capital, por eso podremos saborear platos que tengan como base principal el maíz, la yuca, chiles o el maracuyá.

Nos encontramos con un local muy colorido, con cuadros que cuelgan de las paredes de estilo muy moderno, con una fuente de agua fresca en la entrada, con mesas y sillas altas que no resultan muy cómodas para estar mucho tiempo comiendo. Y la mesa con la encimera de azulejos de color verde.

Interior de MamaQuilla

Nada más entrar nos ofrecen agua, pero nosotros preferimos probar algún cóctel para abrir boca, saborear algún cóctel a base de tequila o pisco, aunque nos decidimos por un Cartagena de Indias, un daiquiri a base de frutas tropicales, con lima, piña o fruta de la pasión y una Piña Colada, ya se sabe a base de piña, coco, esencia de vainilla y mucho hielo. Ricos y refrescantes.

Cartagena de Indias y Pila Colada

Mientras miramos la carta y nos decidimos, nos sirven un aperitivo a base de berenjena asada con totopos, que es esa tortilla de maíz de origen mexicano fritos y crujientes, cortados en forma de triángulo y que alguno podría confundir con los nachos, y es que el nacho es un plato cuya base es el totopo acompañado de alguna salsa o pico de gallo, con mucho sabor a maíz, y que luego nos cobraron, aunque no lo habíamos pedido. El sabor de la berenjena asada quedaba eclipsada por el fuerte sabor a maíz de los totopos.

Aperitivo de totopos y berenjena asada

Miramos y remiramos la carta y no conseguimos decidir qué plato degustar, así que, aceptamos las recomendaciones del amable camarero, que por cierto nos contó que era de Ecuador, y optamos por probar las arepitas de rabo de vaca, con pipirrana, chile poblano típico de la comida mexicana, emulsión de maracuyá y queso Idiazábal. Sobre el plato, que tenía un original diseño en forma de hoja de cactus, dos bases de tortita de maíz tostada acompañada de una tierna carne de rabo de vaca y aderezada con esa emulsión un tanto ácida de la fruta de la pasión que entonaba perfectamente con las virutas de queso Idiazábal. Un bocado exquisito que venía adornado con pequeñas hojitas verdes, que contrastaba con el blanco del queso y la emulsión.

Arepitas de rabo de vaca

El otro entrante recomendado por el camarero fue los tacos de cangrejo de soft schell crab o de cáscara blanda, que resultó ser un carabinero rebozado sobre una tortita de maíz, acompañado de queso costeño ahumado, que es un queso fresco, blanco y blando que se produce en la costa caribeña de Colombia y pico de gallo de hoja santa, que es esa mezcla de taquitos de tomate, cebolla y cilantro, todo cortado muy fino al que se le añade algo de chile jalapeño y aderezado con zumo de limón y trocitos de mango, que le daba un toque muy freso. Otro bocado delicioso.

Tacos de cangrejo

Seguimos nuestra aventura probando un aguachile de chipirones a la brasa acompañado de arroz negro inflado, trozos de mango y zumo de lima. El aguachile es un plato típico de la costa occidental mexicana a base de camarones, chiles, tiras de cebolla y limón o lima. Como complemento, que hemos utilizado para empujar esos chipirones tan tiernos, a modo de pan, una especie de cortezas en forma de rueda. Otro bocado muy logrado.

Chipirones a la brasa

Parece que nos hemos quedado con ganas de probar otros platos, por lo que nos decidimos a pedirle al camarero un Pulpo al Olivo a la Llama, que resulta ser como la mitad de un pulpo pequeño, cocinado a la brasa con un toque picante que le da el rocoto (otra variedad de pimiento rojo típico de la cocina andina) y un intenso sabor a oliva negra. Y por encima del pulpo, lo que parecen algas fritas muy verdes. Otro plato muy interesante digno de ser probado.

Pulpo al Olivo a la Llama

Mientras degustamos estos platos de la cocina latina, una pareja, chico y chica, amenizan la estancia bailando una coreografía elegante de música latina, que podría ser una cumbia. Un inmejorable ambiente para un día de intensa experiencia gastronómica.

No podemos dejar de probar un postre casero, y siguiendo las indicaciones del camarero, pedimos un postre Tres Leches, muy jugoso, con un ligero toque abizcochado, acompañado de helado de bergamota, que es una fruta del tamaño de un pera pero de sabor ácido, y almendras. Increíblemente bueno.

Postre Tres Leches con helado de bergamota

En cuanto a la señalización de los aseos, decir que no existía dicha señalización que identifica la separación de las puertas de acceso a los aseos de señoras de los de señores. Como ocurría en Jerónimo, los aseos son compartidos entre todos, sin distinción de géneros.

Aseos de MamaQuilla

Podemos concluir que lo mejor de MamaQuilla, además de esos platos tan deliciosos, ha sido el ambiente musical y colorido del local y el buen rollo que generan sus empleados.

domingo, 18 de junio de 2023

EL RINCÓN ASTURIANO: El mejor cachopo

EL RINCÓN ASTURIANO, a 17 de junio de 2023 en la calle Delicias n.º 26 de Madrid. El barrio de Delicias de Madrid, debe su nombre a las avenidas que llevaban hacia el canal del río Manzanares y que se conocía con el nombre de Delicias del Río ya con el reinado de Fernando VI en el siglo XVIII. Este barrio de las Delicias está delimitado por la calle Ferrocarril y Áncora al norte, por la calle Méndez Álvaro al este, por la calle Bolívar al sur y la calle Embajadores al oeste. En este barrio podemos encontrar el Museo del Ferrocarril.

Aunque El Rincón Asturiano esté situado en la calle Delicias, esta calle realmente pertenece al barrio de Atocha y no al de Delicias, según el mapa de los barrios de Madrid.

Logotipo de El Rincón Asturiano

En el Rincón Asturiano podemos encontrar la auténtica gastronomía asturiana, teniendo incluso, su propia ganadería, situada en la sierra de Madrid y ha sido merecedor del premio al Mejor Cachopo en 2020 en el concurso Mejor Cachopo de España de la zona II de Madrid.

Premio ganador al mejor cachopo en 2020

La decoración ofrece un ambiente rústico, que lo da la madera y la piedra a la vez que entrañable y familiar. Tienen una amplia carta de carnes, pescados y raciones, y así podemos encontrar raciones de chorizo o queso, merluza, rodaballo y lubina, entre los pescados y entre las carnes, cachopo, entrecot o rabo de toro, por ejemplo.

El Rincón Asturiano lo forman dos locales, que los separa un local de venta de productos gourmet, que también es propiedad del restaurante, pero independiente uno de otro, por lo menos donde se sitúan los comensales, aunque es posible que compartan la zona de las cocinas. el local en donde nos sitúan tiene las paredes de piedra, es bastante amplio y acoge bastantes mesas, las cuales tiene su mantel y sus servilletas blancas de tela y los platos de distintos colores; vaso para agua y copa para vino. Y un detalle curioso, lo que parecen aparatos extractores de humos situados justo encima de las mesas, que le sigue dando al local un ambiente rústico y original.

Interior de el Rincón Asturiano

Para empezar nos pedimos una cerveza tostada y una coca-cola bien fresquita; mientras miramos la carta, que está bastante bien surtida, uno de los camareros nos cuenta que fuera de carta tienen unas estupendas gambas blancas de Huelva y de Denia y unas fresquísimas coquinas.

Al mismo tiempo que nos traen las bebidas, nos sirven pan de hogaza y un poco de crema de queso de cabrales, que no puede faltar en cualquier restaurante asturiano, y unos encurtidos.

Nos cuesta trabajo tomar una decisión sobre lo que poder en este día, pero al final nos decantamos por probar las coquinas, que aparecen sobre una buena fuente llena de pequeñas y sabrosas coquinas, que ya se sabe que son esos moluscos de concha de forma ovalada, de tacto fino y que tienen una longitud máxima de cinco centímetros. Vienen aderezadas con una estupenda salsa a base de aceite, ajo, perejil y limón, y que hemos terminado con ella mojando con el pan que nos han servido.

Coquinas con limón

Estando en el Rincón Asturiano no queda más remedio que pedir una rica sidra, fresquita, servida con un aparato que permite el escanciado de tan estupendo líquido, sin necesidad de tirar el líquido desde una cierta altura, como debería de ser. Y allá vamos, a degustar nuestra ración de sidra.

Botella y escanciador

Y otro entrante a compartir, unos chipirones fritos al estilo asturiano: una buena ración de esos pequeños calamares, servidos calientes, tiernos y jugosos, acompañados de cebolla pochada, aderezada con alguna hierba aromática que no hemos sabido distinguir, tal vez orégano o perejil. Me han recordado mucho a los chipirones que comimos en La Malaje no hace tanto tiempo.

Chipirones estilo asturiano

En este Rincón Asturiano, que ha recibido el premio al Mejor Cachopo de Madrid en 2020, no podíamos dejar de probar tan rico manjar típico de la gastronomía asturiana, ya se sabe, dos buenos filetes de ternera entre los que se han colocado unas lochas de jamón serrano y otra de queso. En el que nos han servido hoy, los tres ingredientes del cachopo tenían su justo grosor, se podía cortar con el cuchillo muy bien porque estaba tierno, con un empanado crujiente y en su punto. Nos lo has servido ya cortado en seis trozos para que podamos comerlo mejor, junto con esa patatas recién fritas, que no eran congeladas ni de bolsa, y un trozo de pimiento verde. Espectacular, el mejor cachopo que he probado.

Cachopo asturiano

La comida ha sido algo contundente y no podemos dejar de probar un postre casero, y aunque ofrecen en la carta varias tartas, nos hemos decidido por la de queso, blanda y jugosa, acompañada de unas gotas de mermelada de fresa y una bola de chantillí. Esta tarta de queso del postre tal vez haya sido lo menos conseguido en el día de hoy, y es que casi siempre probamos las tartas de queso de todos los restaurantes a los que vamos, y la de hoy no destacaba mucho de otros que hemos probado, aun reconociendo que estaba muy buena.

La tarta de queso

Para terminar la experiencia de hoy, café cortado y chupito de manzana sin alcohol.

En cuanto a la señalización de los aseos, decir que inducen a error porque en un alto, al final del local en que nos encontramos, hay una señalización de los aseos de dos figuras, que si no te fijas bien, piensas que son la figura de hombre y mujer y que por ahí se va a los aseos, tanto de señoras como de caballeros. Pues no, en ese anuncio, se ve la figura de dos hombres, y cuando traspasas la puerta de servicios, aparece otra puerta con el emblema masculino y el de señoras no aparece por ninguna parte, por lo menos que esté a la vista. Un amable camarero me ha indicado que los aseos de señoras están en otra parte, que son los mismos que los de minusválidos y los que se utilizan para cambiar a los bebés. Y en cuanto a la señalización que aparece en la puerta de los mismos, la de caballeros ha resultado muy original, pero la de señoras y minusválidos, ha sido la de casi siempre. Ha resultado un poco extraño y algo inquietante.

Aseo de caballeros

Aunque el final con la búsqueda del aseo de señoras haya resultado desconcertante, no hay que dejar de ir al rincón Asturiano a probar tan estupendo cachopo y los chipirones, y de paso, echar una ojeada a los productos gourmets del local de al lado.