sábado, 29 de octubre de 2022

SPYROS GYROS HOUSE: Comida casera griega en Usera

SPYROS GYROS HOUSE, a 28 de octubre de 2022, en el paseo de Santa María de la Cabeza n.º 135 de Madrid,   ya se sabe,  la mujer de San Isidro,  calle importante en la capital, que separa los barrios de Usera y Carabanchel.

Este mes de octubre nos toca visitar dos restaurantes para compensar ese mes de septiembre tan intenso, que no nos permitió saborear nuevas delicias ni seguir encontrando nuevas experiencias.

Logotipo de Spyros Gyros

Como nos gusta nuestro barrio, Usera, intentamos buscar sitios nuevos e interesante por la zona, y hemos descubierto un restaurante de gastronomía griega, así que, en la noche de hoy, vamos a probar típicos platos mediterráneos, ya se sabe, pan de pita, mousaka, queso fetta,…

Spyros Gyros, cuya traducción del libre del griego podría significar cesto de carne asada, es un local de escasas dimensiones, modesto, adornado con las banderas de España y Grecia, con pocas mesas y una carta un poco escasa y abierto hace apenas unos seis meses.

Interior de Spyros Gyros

Como tenemos una reserva, el camarero que nos atiende nos cuenta que nos ha preparado una mesa dentro del local y otra fuera y nos dice que escojamos la que queramos. Como hace buena temperatura y los coches que circulan están muy lejos, decidimos cenar fuera del local y disfrutar de la noche.

Al mismo tiempo, le preguntamos al camarero que si es griego, y nos cuenta que es hijo de griego y venezolana; tiene más acento caribeño que griego.

Para abrir boca pedimos una cerveza y un tinto de verano fresquito, que viene acompañado de un aperitivo que consta de un trozo de tortilla de patata, hay que decir que algo seca, y trozos de lo que parece pan sin levadura, entiendo que puede ser pan de pita estilo griego, aderezado con aceite y perejil.

Aperitivo de tortilla de patata y pan

Como nos apetece probar las delicias de la gastronomía griega y la carta no es muy abundante, le comentamos al camarero que nos cuente que es lo más griego que ofrecen. Con toda la información, optamos por pedir un entrante de queso halloumi acompañado de unas rodajas de un sabroso tomate, que sí sabía a tomate, lechuga cortada en juliana y nuevamente, acompañado de ese pan sin levadura, que tal vez resulte un poco seco. El plato viene adornado con una rodajita de limón y parece que en ningún caso no puede faltar el aderezo del perejil picado.

Queso halloumi con tomate

El queso halloumi es un queso de pasta semidura, muy famoso en Grecia, Chipre y Turquía, elaborado a base de leche fresca de oveja y cabra, que suele presentarse caliente después de haberle dado una vuelta por la plancha. Delicioso.

Entre estos entrantes griegos no puede faltar un sabroso humus, plato de origen árabe, que es esa crema de garbanzos, ajo, limón y aceite de sésamo, en este caso en compañía de un buen aceite y adornado con una bonita aceituna. Rico, rico.

Humus

De segundo, no puede faltar la mousaka, plato estrella de la gastronomía griega, elaborado con rodajas de berenjena, carne picada, puré de patata y bechamel, capa sobre capa de cada ingrediente y con un toque de canela en la sabrosa carne. Sobre una muy ligera base de tomate, el cocinero ha colocado el trozo de mousaka casera, que también viene acompañado de trozos de pan sin levadura y perejil. Y coronando tan rico manjar, una banderita de Grecia. Simpático y delicioso.

Mousaka griega

Otra delicia griega que probamos es el llamado Plato Gyros, lo que podría ser un plato combinado, a base de trocitos de una muy tierna y jugosa carne de cerdo, patatas fritas, tomate, cebolla, lechuga y una salsa de yogur y pepino para darle más sabor a los distintos elementos. En este plato, tampoco puede faltar el pan y el perejil. Un plato muy agradable.

Plato Gyros

Para terminar, decidimos compartir una tarta de queso con fresa, con dos bolas de helado del mismo sabor, aderezada con sirope de fresa y adornada con pequeños trocitos de fresas, que nos ha resultado algo empalagosa.

Tarta de queso y fresas

En definitiva, la experiencia en Spyros Gyros ha resultado una novedad en el barrio muy interesante y acertada, con platos de elaboración muy casera y sabrosa, con un trato muy amable.

Por último, comentar que en el día de hoy no hay foto de la señalización de los aseos, aunque parecían carteles normalitos, poco originales.

lunes, 10 de octubre de 2022

ICHIBAN: Palomitas para repetir

ICHIBAN, a 8 de octubre de 2022 en la avenida Alberto Alcocer n.º 22, bis de Madrid, barrio de Chamartín, calle dedicada a ese alcalde que tuvo Madrid entre el 5 de octubre de 1923 y el 3 de julio de 1924, con la dictadura de Miguel Primo de Rivera, y también desde el 28 de marzo de 1939 y el 15 de marzo de 1946, justo acabada la guerra civil y con Franco en el poder, cuyo nombre completo fue Alberto Alcocer y Ribacoba.

Nos encontramos con un local amplio y luminoso, con el color verde como punto fuerte en la decoración de paredes y techos y sillas, que ofrece alta comida asiática. Jóvenes camareros nos sitúan en mesas en las que se pueden sentar unas veinte personas formando una especie de corro cuadrado y en cuyo centro están situadas dos planchas para cocinar en las que un joven chef irá elaborando al momento esos platos teppanyaki, o a la plancha, a la vista del comensal.

Logotipo de Ichiban

Ichiban, que significa número uno o primero en japonés, aprovecha el espacio para la degustación de la cocina teppan, o cocina a la plancha, además de perfeccionar la técnica del sushi. Junto con los platos más célebres de la cocina japonesa, como la sopa miso, podemos degustar platos de fusión de esta alta cocina nipona con la occidental. Podemos encontrar gyozas, yakitoris, edamame, teppanyaki de veduras, sashimi, nigiris, y demás delicias.

Interior de Ichiban

Como buen restaurante japonés, en la mesa podemos encontrar palillos, además del cuenco en donde poder echar la típica salsa de soja para poder acompañar a los distintos platos. Y como bonito detalle, encontramos un mandil de color negro con el logotipo del local, que con buen estilo nos hemos colocado, para así no mancharnos mucho, suponemos que por si en algún momento salta algún alimento de la plancha hacia la camisa o camiseta del comensal. Sorpresa.

El mandil de Ichiban

Mientras degustamos una fresquita cerveza japonesa, una Sapporo, la más suave que ofrecen y un refresco, junto con unas chips de gambas, miramos la carta en el código QR; se nos hace difícil tomar una decisión sobre lo que queremos degustar.

Cerveza japonesa

Al final, nos decidimos por un entrante que tiene el bonito nombre de Palomitas de langostinos en tempura con salsa de miel y mostaza, y spicy mayo. Sobre  una base de lechugas, trocitos de langostino en tempura, crujientes, pero una tempura distinta a la habitual, de  color blanco,  con  una textura  entre  escamada o como  pequeñas bolitas y aderezadas con esa salsa de miel y mostaza y la otra salsa de spicy mayo, que no deja de ser una mayonesa ligeramente picante, elaborada con un toque de limón y el toque picante que da el wasabi, por ejemplo. De lo bueno, lo mejor.

Palomitas de langostinos

Seguimos con un nigiri de kobe, ese bocado de arroz con una lámina de carne de kobe por encima, esa carne que proviene de una raza bovina originaria de Japón, de gran jugosidad por su infiltración de grasa entre sus fibras musculares. Con un ligero toque picantes, ha resultado delicioso.

Nigiri de kobe

A continuación nos sirven un plato variado de nigiris flambeados, que cuenta con ocho piezas: dos de carne de toro, dos de foie, dos de huevo de codorniz casi frito y dos de anguila. Cada pieza empapada en salsa de soja, han resultado muy sabrosas; aunque hemos intentado saber a qué sabor correspondía cada pieza, dos nos han sabido a pescado, aunque de pescado sólo había uno, o dicho de otra forma, el que creíamos que era de foie, nos sabía a pescado. No podemos olvidar ese reclamo de wasabi y jengibre que los acompaña, para los más atrevidos. Curioso y buenísimo.

Nigiris flambeados

Nos atrevemos con otro plato curioso, que han llamado Saam de pescado frito, plato que parece tiene su origen en Corea. Sobre una hoja redondeada de lechuga, nos encontramos con láminas de lubina en tempura, de lo que ahora sí llamaríamos tempura tradicional, con su toque de cebollino y salsa mayonesa que le da esa jugosidad. Se envuelve el pescado en la hoja de lechuga, se empapa de salsa de soja y a comer. Espectacular.

Saam de pescado frito

Terminamos los entrantes con un Tiradito de pez limón, con aguacate y lo que parecen lágrimas amarillas, que no hemos terminado de saber qué es. El pez limón (también llamado seriola o lecha) aparece cortado en láminas muy finas y está adornado con un pedacito de aguacate y macerado en lo que puede ser zumo de lima. Tal vez el plato menos interesante.

Tiradiro de pez limón

Llega el momento de ver al chef ponerse a utilizar la plancha con todos sus utensilios y aderezos, en donde va a preparar un teppanyaki (que es el tipo de cocina japonesa elaborada en una plancha de acero) de sepia para alguno de los otros comensales que se sientan en esta mesa comunal y para nosotros, un teppanyaki de solomillo y setas eryngii y espinacas. Ese joven chef, manejando con mucho estilo dos paletas, prepara el solomillo junto con las setas (setas de cardo en este caso) y las hojas de espinacas frescas; sobre la plancha corta la carne con un buen cuchillo, como si fuese mantequilla. Una combinación muy interesante.

El chef preparando el teppanyaki

Teppanyaki de solomillo, setas y espinacas

Cuando el chef termina de elaborar el teppanyaki de solomillo, casca dos huevos, los ha puesto sobre la plancha caliente, ha mezclado la yema con la clara, pero sin batir y ha realizado una especie de rollito o crepé, lo ha cortado en trozos pequeños, y desde su sitio, frente a la plancha, ha lanzado al aire el bocado y dirigido a la boca del comensal con la pretensión de que lo atrapásemos al vuelo. De las ocho personas que nos sentamos en la mesa, sólo seis lo hemos intentado y sólo una lo ha conseguido. Tal vez la principal misión del mandil fuese la de no mancharnos con el juego del huevo, con la muy alta probabilidad de que cayese sobre la camisa y no en la boca. Divertido.

Para acompañar al teppanyaki de solomillo hemos querido acompañarlo con un arroz frito, también hecho al momento sobre la plancha por ese chef tan diligente. Arroz frito con zanahoria, maíz, guisantes, cebolla y huevo.

Arroz frito elaborado al momento

No podemos de dejar de probar los postres que ofrecen en Ichiban, y tras consultar a la camarera, nos decidimos por una milhojas de té matcha, o té verde, con su suave crema entre tres cortes de milhojas y acompañado de una bola de helado del mismo té. Crujiente y delicioso.

Milhojas de té matcha

El otro postre especial que probamos es un dorayaki de chocolate o pancake japonés relleno de crema de chocolate, junto una bola de helado, también de chocolate. Un dulce muy suave y cremoso.

Dorayaki de chocolate

Y para concluir, esa señalización de los aseos, que en este caso han resultado muy discretos, normalitos y nada originales para un sitio con una gastronomía tan especial.


Como conclusión, otro sitio para repetir experiencia culinaria.