domingo, 13 de mayo de 2018

RONDA 14: Explosión de sabores en un bocado


RONDA 14, 12 de Mayo de 2018, en la calle General Oraá 25, en pleno barrio de Salamanca.

¿Cómo expresar con palabras, el disfrute intenso de la experiencia culinaria de la que gozamos en RONDA 14?

Puedo empezar comentando que nos situaron en la planta baja del local, cerca de un ventanal grande, y una decoración muy sencilla: mesas, sillas y prácticamente ningún adorno en las paredes que rompa el monocolor de las mismas. Y al fondo, cuatro cocineros a la vista, aunque no se pueda ver cómo trabajan, todos jóvenes, preparando sobre la marcha lo que luego comeremos. A destacar el gorro negro con calaveritas de colores que utiliza uno de ellos; los otros utilizan gorros o cintas para el pelo, pero grises o negros. El toque de color imprime alegría y le quita seriedad al sábado.

La presentación de cubiertos y la salsa de soja
No es un restaurante muy lujoso, como se podría pensar por la zona en donde se encuentra , pero está lleno y todas las mesas ocupadas. Y lo primero que notas cuando te sientas, es que efectivamente estamos ante una cocina de fusión, por la forma de servir los cubiertos. Y la salsa de soja que no falte.

Como siempre pedimos unos entrantes para compartir, y hoy los segundos también serán a para compartir, porque nos encontramos con unos platos de fusión que mezcla muy acertadamente las cocinas japonesas y peruanas, introduciendo entre ellas un toque asturiano. Es difícil de calificar, pero las mezclas están conseguidas en su punto exacto.


Ceviche de xarda
Empezamos con un ceviche de xarda (palabra asturiana que es la caballa en castellano) con calamares, kikos, cebolla roja, lima y cilantro, todo ello servido con leche de tigre. El secreto está en mezclarlo todo bien y servirlo como una sopa. Y cada bocado deja un sabor final a frutos secos, que puede derivar del rebozado de los calamares con cereales sin gluten. Tanto la lima como el cilantro, que tienen un sabor intenso y puede enmascarar otros sabores, están utilizados en su justa medida, y dejan sitio al resto de los ingredientes. Espectacular.
Las hamburguesas de guayu y el tartar de vieiras

Seguimos con una hamburguesa de wagyu (carne de vacuno originaria de Japón), rocoto (especie de pimiento picante peruano) y queso azul, aderezado, además con cebollino, mahonesa japonesa (¿que tiene un toque de wasabi?). Y como en el plato anterior, el toque picante es tan leve, que puedes apreciar el sabor de la carne y del queso azul. Le sigue el tartar de vieiras con ají amarillo.

El roll de mar y montaña
A continuación nos sirvieron el llamado Roll de mar y montaña, mezcla de langostino, en el interior, y  carne roja al punto, encima, y un crujiente de patatas paja. El contraste entre el marisco y la carne resulta interesante, porque no desentona la variedad de sabor y textura. Le sigue un Roll de cangrejo con caparazón blando con huevas de pez volador con salsa de curry y mahonesa.
Gyozas de anticucho

Continuamos con una gyozas de anticucho (corazón de vaca de la comida tradicional peruana) con picada y cilantro, servido con trocitos de carne sobre el plato y crema de ají panca (salsa típica peruana de ají y aceite) rodeando el plato en finas líneas anaranjadas. Picaba lo justo para no resultar desagradable.

Gunkan de huevo trufado
No pudimos dejar de pedir el gunkan de huevo trufado; el olor intenso de la trufa invade los alrededores de la nariz. Podría tratarse de un huevo de codorniz, que una vez en la boca explota la yema e inunda el paladar con todo su sabor potenciado con la trufa. Aquí se nota la influencia nipona porque                           parecía un auténtico maki.
Cachopinos de ternera y setas.

Y por último, nos sirvieron los cachopinos de ternera, (plato típico asturiano, aunque este cachopo es enano y casi cabía en un diente en comparación con los originales), con queso de cabra, setas y espinacas, presentado con una espuma de piquillos en la cima que se deshacía en la boca. Y las patatitas asadas que no falten. Auténtica delicia.

Todos los platos son servidos como pequeños bocados, tipo maki, o pequeños rollitos, algunos de ellos para comer de una sola vez y mezclar en la boca todos los sabores, como los gunkan. Y no echamos de menos el pan, no se necesita.


Coulant de chocolate y helado de piña
Pasión de coco y crema de maracuyá
Y como los platos no resultaron muy contundentes, nos quedó sitio para los postres: coulant de chocolate con helado de piña, pasión de coco y menta, y bizcocho roto de avellanas y coco. Comentar que el coulant estaba templado; cuando lo partes, se desparrama sobre el plato un chocolate sabroso y templado, para mí en su punto, ideal. Original es la pasión de coco y menta es los que más llamó la atención; se trata de media bola de coco rallado del tamaño de una manzana y envuelto en chocolate y en medio un agujero del que sale una crema de maracuyá y servido con helado de menta (para mí de hierbabuena).
Si la explosión de sabores ha colmado todas las expectativas, el tema de la señalización de los aseos ha resultado poco original y muy serio. Una cocina de fusión es algo relativamente novedoso, por eso las placas de los aseos, en la que se lee tan sólo SEÑORAS y CABALLEROS, así en mayúsculas, como se ve en las fotos, y que parece que nos retrotraen al siglo pasado, o al anterior; como que está fuera de lugar, como que no pega. ¿Un decorador habría buscado un cartel más acorde?

Si te gusta comer y probar nuevas cocinas y sabores, tienes que pasarte por RONDA 14. Notable muy alto


lunes, 7 de mayo de 2018

MAD GRILL: Carne por un tubo bajo ruedas de bicicleta.



MAD GRILL, 5 de Mayo de 2018 en la calle Campoamor 13, barrio de Chueca.

Esta comida no entra en el juego, técnicamente, pero volvemos a tener un evento familiar, celebramos el cumpleaños de los chicos y nos gusta estar los cuatro juntos y comiendo, que, como ocio, es una de las cosas que más nos apetece hacer. Así que, allá va el comentario.
Estamos en una taberna con mesas de madera, sin mantel, y sillas también de madera, éstas muy vintage y muy desgastadas, como las que había en casa mi abuela.

No se trata de una lugar muy glamuroso; paredes desnudas y a destacar que las luces del techo han sido ensambladas en ruedas de bicicleta. Muy original.
Hemos llegado muy pillados de tiempo, porque se nos ha ocurrido ir al centro en coche y había un atasco importante. Nos hemos encontrado con que en toda la calle en donde está la taberna había una mercadillo de artículos de artesanía, que, obviamente no nos ha dado tiempo a echar un vistazo, por las prisas. Supongo que lo ponen los sábados aunque yo no lo sabía, pero es una actividad muy interesante. Da mucha vida al barrio.
La presentación de la carta es bastante sencilla, dos hojas escritas. Y de entrantes nos hemos decantado por unos nachos con Chili Bowl, a base de carne y judías con tomate. No picaba en absoluto y con unas cervecitas, han entrado de maravilla.

De segundo, los chicos  han elegido  carne, algo nada sorprendente y les han servido dos hamburguesas (una Fancy Burguer con foie y una Pulled Pork Burguer) con patatas fritas. Las hamburguesas han sido pedidas expresamente al punto, pero en MAD GRILL el punto ha resultado un tanto crudo (a tener en cuenta). Y un costillar a la barbacoa para chuparse los dedos; estaba muy jugoso y tierno y lo acompañaban con una ensalada de col en un vasito de aluminio (tamaño vaso de vino). Felicidades por la elección.


Yo, que soy de poca carne, he preferido una ensalada Cobb, con lechugas, tomates cherry, queso azul, trocitos de pollo y picatostes, bacon, huevo duro y guacamole. Las ensaladas están buenas de todas las formas, colores y sabores, pero ésta iba acompañada, además, de una salsa mahonesa con especias, para servir al gusto, también presentada en un vasito de aluminio. Buenísima, pero demasiada ensalada, de tal forma que he tenido que dejar un poco. Mi plato no ha quedado limpio, y eso duele.

Y ocurre que las raciones eran tan contundentes, que no había hueco para los postres; nos hemos conformado con un tradicional helado de bolas de chocolate y vainilla, y dos cafés. Pobre para lo que nos gusta experimentar.


En cuanto al servicio, comentar que tardaron bastante en traer la ensalada; casi se habían terminado la carnaza cuando llegó. Aunque eso sí, las camareras muy atentas, que incluso al final de la comida preguntaron que qué tal habíamos comido; pregunta de compromiso pero que se agradece.

Y en cuanto a la señalización de los baños, digamos que no creo haberlo encontrado en ningún sitio. Tiene su punto de humor y es de agradecer.