ÁFRICA FUSIÓN, a 8 de marzo de 2025, día internacional de la Mujer, en la calle Argumosa n.º 15 de Madrid, en el multicultural barrio de Lavapiés, distrito Centro.
La calle Argumosa une la plaza de Lavapiés con la ronda de Atocha y está dedicada al cirujano español Diego de Argumosa de quien destacan sus trabajos en el colegio de Cirugía San Carlos, situado en la actualidad muy cera de la calle que lleva su nombre.
Diego Manuel de Argumosa y Obregón, que nació en Villapresente, Cantabria el 7 de julio de 1792 y fallece en Torrelavega el 23 de abril de 1865, fue un médico y cirujano que llegó a ocupar la cátedra de cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid y se distinguió, entre otras cosas, por ser uno de los impulsores en la utilización de la anestesia con éter en la medicina.
Persona de fuerte carácter tuvo algún que otro problema político y académico. Llegó a ser segundo alcalde de la ciudad de Madrid por el Partido Progresista y diputado por esta provincia entre los años 1836 y 1837.
En el siglo XVI esta parte de la ciudad constituía lo que podemos llamar el barrio judío, situado allá por entonces en las afueras de la ciudad. En el año 1860 esta calle era todavía el último reducto de la ciudad por la zona sur.
En el siglo XX el antiguo Hospital Provincial se convirtió en el actual Museo de Arte Reina Sofía.
El restaurante África Fusión que visitamos hoy centra su especialidad culinaria en la gastronomía africana y en especial, en la senegalesa.
Nos encontramos con un local muy modesto, con mesas pequeñas de madera y decorado con elementos del folklore senegalés y cuadros con platos del país.
Y lo primero que hacemos es pedir la bebida típica de la zona, el batido de baobab (fruto que nace del árbol africano del mismo nombre y que tiene gran cantidad de vitamina C), que aunque parezca increíble nos ha recordado al sabor del roscón de reyes con su fruta escarchada y todo, y el zumo de hibisco (que es una planta cuya infusión sirve para el tratamiento de problemas estomacales), cuyo sabor se parece bastante al sabor de las cerezas y cuyo bonito color granate llama mucho la atención.
Batido de baobab y zumo de hibisco |
Después de mirar la carta, que contiene nombres de platos de la gastronomía senegalesa de difícil pronunciación para nosotros, nos decidimos por pedir dos entrante, una fataya, que es una empanadilla rellena de carne marinada,; el plato que nos presenta vienen con tres piezas acompañada de una salsa de tomate y adornadas con lo que parece un chorro de mostaza. Las empanadillas, que son un poco más grandes y con la oblea un poco más gruesa que las que estamos acostumbrados a ver y comer en España, están rellenas de una delicada carne en su interior y que en algún bocado nos trae un sabor muy peculiar que no hemos sabido identificar.
Fataya |
El otro entrante que nos ha llamado la atención, tanto por su nombre como por lo que es, es el alocco, que es un plátano frito con algo de salsa de tomate para poder mojar la rodaja del plátano y aderezado con un toque de lo que parece vuelve a ser mostaza. Ha resultado algo soso en comparación con el plátano frito que antaño se comía en los restaurantes chinos como plato final.
Alocco |
Como platos principales nos hemos atrevido con los típicos del Senegal, a saber el thiebou djenne, con arroz djolof con pescado y verduras, que ha resultado una especie de plato combinado que contiene zanahoria, yuca y berenjena, además de algo de pescado que ha resultado bastante seco y acompañado de una montañita de arroz cocido y aderezado con salsa de tomate y cebolla y condimentado con especias, como pueden ser el jengibre o la nuez moscada, en definitiva un arroz demasiado sabroso.
Thuiebou djenne |
El otro plato fuerte que probamos es el mbeggte senegalés, plato a base de fideos finos o vermidelle acompañado de un cuarto de pollo asado y cebolla caramelizada. Un plato con muy buena pinta y con unos fideos secos deliciosos.
Mbeggte senegalés |
Como postre hemos decidido compartir un souflé helado, muy frío, con un agradable y fuerte sabor a coco y una capa de crema o mermelada de mango por encima. Un postre correcto aunque tenía poco de souflé, era más bien un helado de coco.
Souflé helado de coco y mango |
En cuanto a la señalización de los aseos, ha resultado discreto como el resto del local, y que además, ni son iguales ni guardan mucha relación entre los dos, porque tal vez alguno de ellos se cayó en algún momento y se sustituyó por el primero que encontraron en otro sitio. Tal vez es mucho suponer.