A MALA SAÑA a 14 de enero de 2023 en la calle San Germán n.º 50 de Madrid, esa calle que hace unos años era General Yagüe, dedicada al militar conocido como “El carnicero de Badajoz” y ahora, por la ley de Memoria Histórica, convertida en la calle San Germán.
Nos encontramos con un restaurante al que, según se anuncian, se le ha concedido el premio al Restaurante más Innovador por la entidad Just Eat; tal premio puede deberse a la mezcla de sabores de distintas geografías; así, podemos encontrar comida mexicana, italiana, aliños asiáticos, pan cubano, reinterpretación del cachopo asturiano hecho lasaña, y demás delicias.
Nos encontramos con un local pequeño, con mesas altas en los que hay que sentarse en taburetes altos, no muy cómodos, la verdad, sin mantel, y con los cubiertos preparados en un cubilete junto con las servilletas de papel. Tipo tasca, todo muy práctico y funcional.
Interior de A Mala Saña |
La carta no es muy extensa, pero hemos venido a probar distintos sabores o distintas formas de percibir o de preparar platos ya conocidos, especialmente la lasaña.
Mientras miramos la carta y nos decidimos pedimos unas cervezas para ir abriendo boca, que viene acompañadas de unas aceitunas aliñadas con su pimentón.
De entrante y para compartir, optamos por un plato singular, como lo es el plato de cecina de León, aderezado con polvo de queso Parmesano y acompañado de cortes de quesos. Sobre el plato, láminas de cecina con todo su sabor, puesto en el plato como si fuese una flor, y acompañado de varios trozos de queso, sobre una base de pequeñísimos trozos de queso del tamaño de una uña y aderezado todo con pimentón. Este plato viene acompañado de uno picatostes, como el resto de platos. Un éxito.
Cecina con queso |
Otro entrante a compartir ha sido una media razón de alitas de pollo maceradas con salsa, salsa que podía ser una mezcla entre la salsa barbacoa y salsa dulce, que resultaron extremadamente tiernas y de un sabor más dulce de lo habitual; muy apetecibles. No puede faltar el toque del pimentón, además del adorno de unos cuantos cacahuetes y semillas de sésamo. Deliciosas, aunque tal vez echemos en falta un poco de pan, por lo que tuvimos que conformarnos con los picatostes.
Alitas de pollo maceradas |
Como curiosidad, comentar que en A Mala Saña en ningún momento nos sirvieron pan ni nos lo ofrecieron (aunque a lo mejor si lo pides, te lo sirven), sino que los platos vienen acompañados de lo que ellos llaman picatostes, y que se parecen a lo que en el híper conocemos como “regañás”. Aunque es verdad que hay en el menú algún plato que se sirve con "pan cubano", que nosotros no llegamos a probar.
Picatostes de A Mala Saña |
Después de estos sabrosos entrantes, vamos con los segundos platos, que es a lo que hemos venido a A Mala Saña, a probar esas lasañas diferentes a las habituales, o como ellos mismos dicen, “Lasañas que nunca haría tu abuela”.
Así que nos decidimos por probar la Lasaña del día, elaborada con rabo de toro, muy suave y tierna, melosa y deliciosa. Viene acompañada de su picatostes para ayudarte a empujar la comida y adornada con su hoja de perejil y unos arándanos.
Lasaña de rabo de toro |
Y la lasaña de la Señora Norris, a base de salsa boloñesa al chocolate con salsa de tomate casera, compota de zanahoria y bechamel de coco. Aunque no es fácil de distinguir la compota de zanahoria ni la bechamel de coco, nos hemos encontrado con un plato en el que sí podíamos apreciar las láminas de pasta y la carne picada con un ligero toque de tomate y de chocolate. Adornado con pipas de calabaza y sin que falten los picatostes, tal vez le sobraba esa capa de queso por encima, que gratinada al horno quedado un tanto reseco, aunque el resultado final ha sido bastante aceptable.
Lasaña de la Señora Norris |
No podíamos dejar escapar el probar los postres, así que, preguntando al camarero, nos dice que los dos que ofrece la carta son caseros-caseros; y los probamos los dos, el Black Beer o bizcocho de cerveza negra y cacao mermelada de fresa acompañado de gajos de manzana y aderezado con pimienta de Jamaica. Delicado bizcocho de inquietante color negro que le da la cerveza y el cacao, aunque suave y nada empalagoso y servido en trozos pequeños, formando una montañita.
Y el segundo postre es un Tropical Pumpkin, o lo que es lo mismo, un bizcocho de calabaza y manzana acompañado de toques de mango y mermelada de higo con un punto picante que le da la pimienta de Jamaica, además de trozos aquí a allá de almendras caramelizadas, también servido en pedazos pequeños formando otra montañita. Deliciosos ambos, no sabría decir cual de los dos me ha gustado más.
Postre Black Beer y Tropical Pumpkin |
Y para acabar, la señalización de los aseos, esa parte final del este blog que me genera mucha curiosidad. En este caso, ha resultado un grafismo muy original.