sábado, 25 de junio de 2022

MARINA VENTURA: El arroz manda

MARINA VENTURA, a 25 de junio  de 2022, en  la  calle  Ventura  de  la  Vega  nº 13  de Madrid, en  el coqueto  barrio de las Letras, entre la plaza de  Santa  Ana, calle  Huertas  y Congreso de los Diputados.

Estamos ya en verano y dejamos atrás los platos de cuchara con su líquido elemento y nos adentramos en la degustación de las ensaladas y sopas frías, y por qué no, probar una buena paella valencia en el centro de Madrid.

Logotipo de Marina Ventura

Marina  Ventura  es  un  restaurante  de  comida  mediterránea, y especializado en arroces, arroces secos, melosos y caldosos; se puede  degustar la auténtica paella valenciana (ya se sabe, no arroz con cosas), con verduras, con sepia, y otras delicias.

Interior de Marina Ventura

Después  de  pasear  un  rato  por  el  barrio  de  Las Letras,  ya  que  llegamos  con  tiempo suficiente  hasta la hora de la reserva, nos adentramos en un local con forma alargada y con mesas a  ambos  lados de la pared. A esta primera hora de la tarde el local ya está casi lleno, buena señal. Local muy luminoso y decoración algo vintage, con frascas en las estanterías y botes de  cola-cao de mediados del siglo pasado, mesas con mantel de tela ocupando sólo la zona  de  los  comensales  y  servilletas también  de  tela.  La actitud de los  camareros muy correcta y profesional y el jefe de sala, muy atento,  que incluso nos invitó a volver al local otro día. 

Mientras miramos la carta a través del móvil, pedimos cerveza y vermut, para abrir boca, que viene acompañada de un humus estupendo, esa crema de garbanzos típica de los países del Mediterráneo Oriental, aderezado con aceite de oliva de un bonito color verde que le da el haber sido aderezado con albahaca y sus colines. Buen comienzo.

Humus y colines

Como la cocción de  la paella o  cualquier tipo de arroz lleva  su tiempo, nos pedimos  unos entrantes mientras  esperamos, y nos decantamos por  una trilogía de croquetas,  compuesta por  dos de boletus,  dos de  jamón y  una tigre,  esta última con su bechamel y  trocitos  de mejillón,  muy  suave.  Aunque  no  han  sido  las  croquetas  más  interesantes  que  hemos probado, porque nos gusta  esa  bechamel  que se  deshace en  la boca,  han  supuesto  unos bocados muy apetitosos, porque tanto la de jamón como la de boletus, tenían bastante sabor de lo que llevaban.

Croquetas de jamón, boletus y un tigre

Seguimos esperando y nos ponen sobre la mesa un cestillo con una media ración de chopitos, esas puntillitas crujientes que son cefalópodos de la familia de la sepia. En su punto.

Media ración de chopitos

La idea de conocer Marina Ventura era degustar una auténtica paella valenciana, pero al final nos hemos decidido por un arroz caldoso Marina Ventura con bogavante, rape, gambas, sepia y un toque picante. Sobre la mesa una sartén negra y honda en la que se termina de cocer ese arroz caldoso junto con trocitos pequeños del rico bogavante, sepia o rape, junto con las gambas, y mucho caldo, que poco a poco se va consumiendo. Con un bonito color rosado y con ese ligero toque picante que le da la pimienta, nos ha dado para un primer plato de arroz y repetir por dos veces más.

El caldero con el arroz con gambas, sepia, rape...

Este plato es lo más parecido a lo que conocemos como arroz con bogavante, pero con un toque picante.

Plato de arroz con el marisco

Esta vez no ha quedado mucho espacio para el postre, así que hemos decidido compartir una manzana crujiente caramelizada con helado de vainilla y toffe. Sobre una base de lo que el camarero ha llamado nido griego, que es un fideo muy fino elaborado a base de frutos secos y miel, que forma una pequeña madeja crujiente, y por encima trocitos de manzana caramelizada servida caliente y coronando el dulce, un delicado helado de vainilla, adornado de unas hojas de hierbabuena. Una buena sensación esa mezcla de la manzana caliente con el frío del helado. como adorno del plato, un zigzag de crema de leche y azúcar glas. Un final de comida estupendo.

Crujiente de manzana con helado

Para terminar, la anecdótica señalización de los aseos, que en el día de hoy no ha resultado muy original.