jueves, 9 de diciembre de 2021

VERDURA & BRASA: Color y sabor en la mesa

 VERDURA & BRASA, a 8 de diciembre de 2021, en la calle Espronceda n.º 27 de Madrid, zona de Chamberí, muy cerca de Nuevos Ministerios.

Entramos en invierno y es hora de degustar esas verduras típicas de esta estación, cardo, berenjena, coliflor, alcachofas, pimientos; ensaladas y menestras, lo que en el día de hoy ofrezca el mercado.

Logotipo del restaurante

Nada más entrar en el local, nos da la bienvenida una mesa enorme en donde se exponen esas verduras de temporada luciendo majestuosas: berenjenas moradas, calabacines verdes, pimientos rojos y verdes, tomates rojos, una bonita combinación de colores y formas. 

El local exhibe una decoración discreta, de colores cálidos, hojas verdes en las paredes, no sé si de papel o tela, cuadros con verduras, mesas con mantel de tela, estufita de leña al lado. A destacar, esos platos adornados con dibujos de de verduras y hortalizas, como espárragos, nabos, pimientos…

Interior del local


Para abrir boca, pedimos unas cervezas y vermut, que vienen acompañadas de unas aceitunas verdes tamaño gigante y aceitunas negras, con trozos de pimiento y cebolla. Muy sabrosas.

Mientras miramos la carta con el código QR y decidimos qué saborear en un día otoñal, nos animan la comida con un detalle: una crema de coliflor con piñones servida en un platito degustación, deliciosa. La jornada comienza con buen pie, porque de inmediato nos ponen sobre la mesa panes calientes con algunos colines tiernos.

Aperitivo de crema de coliflor


El chef ha hecho una serie de recomendaciones para el día de hoy, y decidimos escoger una de ellas como entrante y para compartir: una menestra de setas con huevo poché. Nos sirven una mezcla de hongos, a saber, setas, champiñones y níscalos, con una suave crema y por encima, un huevo poché o escalfado, ya se sabe, cocido sin cáscara a baja temperatura, quedando la clara sólida y la yema cremosa. Una mezcla exquisita, aún con su ligero toque de pimienta, cayena y lo que parece, pizca de hojas de eneldo.

Menestra de setas con huevo poché


Otro entrante que nos ha llamado la atención, que por eso estamos en el local ideal para saborear verduras, es el carpaccio de calabacín ecológico con salsa pesto, rúcula y piñones. Un plato estrella, con ese calabacín cortado en finísimas láminas, formando una especie de corona, con ese simpático color blanqui-verde, y por encima, la rúcula, la salsa pesto y una montaña de queso rallado. Con ese aderezo de aceite, vinagre y salsa pesto, ha resultado un plato delicioso, aunque algo contundente con el añadido del queso.

Carpaccio de calabacín, rúcula y salsa pesto


Vamos con los segundos: una tempura de gambas, espárragos trigueros partidos en dos y a lo largo y aros de cebolla dulce, acompañada de salsa de soja y una estupenda salsa romesco (salsa hecha a base de tomates, pimiento y almendra). Una tempura muy bien hecha para unas verduras en su punto, con ese sabor intenso del esparrago verde y la sutileza de la cebolla dulce.

Tempura de espárragos, gambas y cebolla con salsas


Como no estamos en un vegetariano, sino que estamos en un restaurante que mima las verduras y hortalizas de temporada, no hemos tenido empacho en probar un llamado Tomahawk steak de carne roja a la parrilla. Sobre el plato, un chuletón fileteado y a su lado el hueso, por si alguien lo quiere rebañar. Una carne roja, poco hecha, sabrosa y muy tierna.

Tomahawk en su punto


Aunque estamos un tanto llenos, siempre hay que hacerle un hueco a los postres, y en especial, si son caseros. Parece que queremos probar todas las tartas de queso que se ofrezcan por la ciudad, así que nos decidimos a probar lo que más se le parece, un souflé de queso con mermelada de frambuesa: pequeño bollo que al partirlo, sale al exterior una rica y suave crema de queso. Delicioso.

Otro postre típico, tiramisú de soletilla de café y mascarpone, servido en una taza con su asa, y en el que hay que hundir bien la cuchara para poder alcanzar la soletilla empapada en café y el queso, con su cacao por encima. Una mezcla increíblemente buena.

Ambos postres vienen adornados con fresas en láminas y hojas de hierbabuena y servidos en platos originales.

Souflé de queso y tiramisú


Y para terminar, la inevitable comparación de la señalización de los aseos, que en este caso me ha resultado elegante, glamuroso y original.