ENTRE
SUSPIRO Y SUSPIRO, a 8 de diciembre de 2018, en la calle de Los Caños
del Peral nº 3, calle que sale de la misma plaza de Ópera. La zona
nos evoca muchos recuerdos de juventud: cines, teatros, paseos cuando
no había ni trabajo ni dinero, familia, campamentos, ...
Comida
mexicana (o hay que decir mejicana), pero, ¿no habíamos dicho que
no nos gustaba el picante? Veremos que nos depara la experiencia.
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Decoración del local |
Pasamos a la carta, toda ella llena de tacos de distintos tipos, ceviches, quesadillas, ensaladas. Y la sorpresa, es la primera vez que encontramos en la carta bichos, entendiendo por bichos, animales vertebrados o invertebrados que no verías en un restaurante español; hablo de saltamontes, gusanos y huevas de hormiga. Sorprendente. Y la pregunta es, ¿nos atreveremos con ello?.
Y
como siempre, nos preguntan si queremos algo de beber antes de pedir,
y como no nos decidimos, nos traen la carta y un aperitivo que
consiste en una tortita de maíz del tamaño de una galleta pequeña,
con guacamole (especie de crema de aguacate con cebolla, lima y
cilantro) y cebolla morada. Primaba el sabor del maíz de la tortita
sobre el guacamole, pero aun así, estaba muy rica.
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Margarita de maracuyá |
Lo
primero que nos sirven en unas cazuelitas individuales son los
langostinos rebozados, con un toque muy leve de curry mexicano,
cilantro y cebollino, y una salsita verde que podría tener como
ingrediente principal el aguacate. Deliciosa la combinación de sabores.
Le ha seguido el tartar de atún
sobre cama de guacamole, con hierbabuena y salsa de naranja. Se ven
también rastros de semillas de sésamo entre el atún, y lo corona
un tomate cherry. Le acompañan unos nachos fritos, caseros (que no
tienen nada que ver con los que se compran en el super y en bolsa), sobre los
que hemos puesto el tartar y ha resultado una combinación de lo más
sugerente.
Hasta
estos momentos no creemos estar en un mexicano, o por lo menos no
creíamos que la comida mexicana fuese así, que no picase y que todo
fuesen tacos, como si en todo México no existiese otra cosa. Lo que
son los prejuicios y la ignorancia, que es muy atrevida.
Y
de los segundos platos, pues sí, tacos de distintos componentes, de
carne, pescado y ...¿nos atrevemos?
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Taco de cochinita pibil |
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Taco de pulpo pastor |
Taco
de pulpo pastor con pulpo macerado en adobo de chiles suave con
cilantro y cebolla. Se sirve con trocitos de piña y creo ver algo de
axiote.
Y
el último, panuchos de escamoles o tacos de huevas de hormiga
cocinados en mantequilla negra sobre una base de maíz. Nos presentan
un taco verde, se entiende que la base además de maíz será de
aguacate, con guacamole y los escamoles. Y he de decir que los
escamoles no saben a nada; parece un plato hecho para llamar la
atención del comensal occidental, pero con poca enjundia. Todo el
sabor se lo llevaba el guacamole. Y sí, nos atrevimos, que para eso
estamos jugando con los cubiertos.
Los
postres: escogimos para la ocasión pastel salvaje con nueces, dulce
de leche y pasas: parece un flan alargado o pudin, del color del
dulce de leche, coronado con un trozo de kiwi y otro de naranja, acompañado de nata. Empalagoso.
Helado de chocolate, con menta y
nueces, con ese toque fresco que le da la menta, y un resultado muy
apetecible. Y pastel rosa mexicano, o bizcocho de chocolate con chile
de árbol, o bizcocho de chocolate, templado y jugoso, acompañado de
un pétalo de rosa. De este último, nos dice la camarera que tiene
un toque picante para compensar el que resulte empalagoso. Pero ni una
cosa ni otra, ni pica ni resulta empalagoso.
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Pastel rosa mexicano |
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Helado de chocolate y menta |
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