domingo, 10 de junio de 2018

TABERNA BALKANIKA: Bulgaria y Serbia también existen.


TABERNA BALKANIKA, el 9 de junio de 2018, en la calle Urquiza 15, a un paso de la zona comercial de la calle Alcalá.
La entrada de la taberna.Lo mejor está dentro.

Este mes nos hemos decantado por alejarnos por un momento de la comida asiática e italiana y nos adentramos a descubrir la comida que se sirve en los Balcanes, sobre todo, de Serbia y Bulgaria que sirven en la Taberna Balkanika.

Ya la entrada al restaurante impresiona, porque lo primero que nos encontramos es una especie de portal de unos ocho metros de largo, con arcos de piedra, para después descubrir el restaurante, propiamente dicho. Voy a ser un poco atrevida y decir que parece un antiguo templo reconvertido en restaurante, o una posada de hace siglos en Madrid, por la piedra y la amplitud. Es un local muy grande, para lo que esperábamos y con un decorado semejante a un mesón castellano, aunque no tan rústico. Manteles en las mesas y adornos en las paredes de trajes típicos de los Balcanes,  utensilios de cocina antiguos y dibujo de señora con traje típico.
Ensalada del chef. Todo color.
La carta que nos presentan es bastante amplia, y ahí empiezan las dudas sobre qué pedir. Y como no conocemos nada de la comida balcánica, nos decidimos por pedir de entrante una ensalada denominada del chef, que incluye cinco porciones de ensaladas de las zona, acompañadas de huevo duro, rodajas de un embutido similar al fuet, tomate (con bastante sabor a tomate), queso feta y pepino.

De las cinco ensaladas que nos presentan, una es la típica ensaladilla rusa y otra de pimientos asados que todos conocemos. De las otras tres, una de ellas de color blanco a base de crema de yogur, pepinos, ajo y eneldo (deliciosa) llamada ensalada SNEZHANKA, tipica de Bulgaria; otra, de un inusual color rojo llamada AIVAR de Serbia con una base de pimientos asados y berenjenas cortados en trozos muy pequeños; otra de ellas de un color naranja intenso llamada URNABES, también de Serbia, que resulta una crema hecha de pimientos rojos asados, queso feta, huevo duro ajo y perejil (la que más me ha impresionado).

Los deliciosos panes
Para acompañar los platos hemos pedido pan, que nosotros llamamos pan de pita, uno “normal” y otro con queso rallado por encima, panes del tamaño de un plato. Es verdad que con estos panes, para nuestra forma de comer resultan poco prácticos, porque son muy finos y no puedes ni empujar la comida ni mojar, pero estaban del todo deliciosos, sobre todo el “normal”.

Tras las ensaladas nos trajeron un plato llamado ZELEVI SARMI, que resultó ser una especie de albóndigas XXL, a base de arroz con carne picada de cerdo, envueltas en una hoja de repollo y salsa templada de yogur. Y la gracia del plato estaba en la hoja de repollo, que podría estar cocida y caramelizada, por la textura y el sabor que tenía tan atrayente, como si estuviese frita.

El SACH MIXTO todavía hirviendo
Para completar la comida pedimos un SACH MIXTO, trocitos de carne de pollo, ternera y cerdo en salsa, servido en la mesa en una cazuela humeante e hirviendo (¡como hacía chuf chuf!). Y lo mejor, los champiñones que acompañaban a la carne, y la salsa, que me recordaba a la salsa de ostras que sirven en los “chinos de toda la vida”, muy marrón y muy espesa. Si en un principio se veía que la cazuela tenía mucha salsa, cuando terminamos de servir la carne en los platos, ya se había consumido con el calor de la cazuela. De todo lo que degustamos, es lo que menos me emocionó, aunque es verdad que la carne estaba muy tierna.

Tarta de chocolate y crepé.
Detalle de la tarta biskvitena búlgara.
Y un final feliz: los postres; pedimos tarta de chocolate (con estratos de chocolate y galleta con coco), crepé de chocolate (fino, fino), tarta de chocolate blanco con coco (estratos de chocolate blanco y coco) y tarta biskvitena de Bulgaria (suave crema, galleta y caramelo). Y ocurre que en todas las comidas del juego, trato de decidir cuál de los postres me gusta más, porque siempre hay unos más apetitosos que otros; pero hoy no ha sido el caso, porque me han gustado los cuatro por igual. Un triunfo.

Y de la señalización de los baños, considerar un pro: que las imágenes griegas/romanas parecen muy acorde con el sitio. Y la contra, que al de caballeros se le ha añadido el emblema tradicional de los aseos, y la de señoras, por ende, se ha quedado un pelín coja. ¿Y esto por qué? Pues tal vez porque los que tenemos una edad, y no llevamos gafas, no distinguimos bien la silueta, y al final tenemos que preguntar que cuál es el aseo que nos corresponde. Y para ahorrar tiempo, se decide añadir el emblema tradicional al aseo que está más cerca de los comensales. Filosofía barata la mía.


Si tenéis que invitar a alguien a comer o cenar, es un sitio muy interesante y barato.